La obsesión de Trump con China, Biden la está llevando a un nivel más arriba. El nuevo presidente de los EE.UU. reveló la conformación de un grupo especial de trabajo para afrontar “el desafío de China”.
La estrategia contra Beijing, que antes parecía la operación desordenada por los impulsos del anterior mandatario, ahora tendrá la formalidad de un comité de “sabios” con una oficina en esa academia de la guerra que llaman: El Pentágono.
Biden, en su primera visita como presidente al edificio donde funciona el Departamento de Defensa, dijo: “Así es como afrontaremos el desafío de China y nos aseguraremos de que el pueblo estadounidense gane la competencia en el futuro”.
En el imaginario simple pero peligroso de los estadounidenses, esa competencia se reduce a un duelo entre los buenos y los malos; y los muchachos de la película son los cowboys anglosajones que se asumen como un país excepcionalmente extraordinario ungido por Dios para liderar el mundo sin la sombra de otro rival en el vecindario.
Este comité antichina de Biden, del que no se pueden esperar intenciones pacíficas a juzgar desde donde trabajarán, estará conformado por 15 miembros. Este grupo especial, en al menos 4 meses, deberán elaborar un informe con hallazgos y recomendaciones para operar contra el gigante asiático.
Una llamada potente
Pero el mismo día en que el nuevo presidente afinaba su estrategia contra Beijing, habló con el presidente Xi Jinping. El otro Biden felicitó a China por la celebración del nuevo año lunar.
Una vez superada la dosis tolerable de cortesía, el anciano presidente estadounidense mostró su “preocupación” por los derechos humanos en Hong Kong y las pretensiones de Beijing sobre Taiwán.
Adicionalmente Biden le remarcó a Xi que su país estaba dispuesto a defender la seguridad de la nación y el estilo de vida estadounidense; revelando unos muy malos modales para con otro colega al que le sugiere que es una amenaza franca para su nación.
De acuerdo a las reseñas de medios internacionales, el presidente chino le habría remarcado a Biden que Hong Kong y Taiwán corresponden a asuntos privativos de su soberanía; y le añadió que un enfrentamiento entre ambas potencias tendría consecuencias “desastrosas”.
A pesar de las insolencias de Biden, el presidente chino subrayó que “la cooperación es la única opción correcta” para ambos países.