“Ahora David corre hacia Goliat. Saca de su bolso una piedra, la pone en su honda, y la lanza contra Goliat con toda su fuerza. ¡La piedra entra en la cabeza de Goliat, quien cae muerto! Al ver a su campeón caído, los filisteos huyen. Los israelitas los siguen y ganan la batalla”.
1 era de Samuel 17:1-54.
Historia que forma parte de las raíces del pueblo de Israel y dentro de Jerusalén, tierras donde se desarrolló gran parte de la historia religiosa, en la que hoy vemos que los israelitas dejaron de ser el descendiente de David y los Filisteos dejaron de ser arrogantes como Goliat.
Estas tierras que estaban bajo el mando del Imperio Otomano antes de la I Guerra Mundial y al término pasan a manos del Imperio Británico y finalmente luego de la culminación de la II guerra mundial, comienza la descolonización de estas localidades por parte de Reino Unido dejando un Mandato, “El Mandato Británico”.
A consecuencias de la diáspora que produjo el holocausto por parte de la Alemania Nazi que generó el desplazamiento de millones de judíos en Europa, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) otorga asilo a los judíos en Jerusalén tierra sagrada para ellos, pero hogar también de los palestinos (antiguos filisteos).
Y por Mandato Británico se contempló la repartición de estas tierras en 55 % a Israel y 44 % a Palestina, lo que generó inconformidad en una parte del pueblo palestino. La ONU además decide crear dos estados, uno judío y el otro palestino ambos con capital dentro de Jerusalén.
Desde entonces cada año los conflictos entre estas dos naciones persisten y con más frecuencia en la época de celebración del Ramadán mes sagrado para los musulmanes de todo el mundo. En 1964 se crea la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), cuyo líder era Yasser Arafat, que sería una organización antisemita o para el exterminio del estado de Israel.
En 1987 y 2000 tienen lugar las “intifadas”, el levantamiento de civiles afectados por la ocupación israelí en territorio palestino y como consecuencia se crea el Movimiento Hamás ó Movimiento de Resistencia Islámica, que en su mayoría estaría conformado por palestinos, pero a su vez, considerado por los aliados de Israel, como terrorista y extremista.
Hamás que ganó las elecciones en el 2006 del estado de Palestina, opera desde la Franja de Gaza, zona con una alta densidad de población civil.
Violación de los DDHH y burla a la comunidad internacional:
Las violaciones al Derecho Internacional por parte de Israel vienen dadas por la ocupación de territorios que no forman parte de las extensiones de tierras distribuidas por el Mandato Británico al pueblo palestino y judío, pero que Israel pretende imponer su ley en las tierras compartidas de Jerusalén.
La imposición israelí, apoyada por el gobierno de los EE.UU. en el 2017 durante el mandato de Donal Trump, de nombrar a toda Jerusalén como capital de Israel, generó un descontento que dio continuidad al conflicto entre Israel y Hamas, pero que además desconoce todas las resoluciones emitidas por la ONU sobre los derechos de Palestina sobre su territorio y su soberanía.
Esto violó los acuerdos entre las dos naciones y además socavó las resoluciones de la ONU que rechazaron de forma contundente una resolución de sesión de emergencia declarando el estatus de Jerusalén como capital de Israel como «nulo y sin valor», violentando los derechos humanos del pueblo palestino.
Además, las violaciones de los derechos humanos mediante las agresiones al pueblo palestino que se encuentra en medio del conflicto, y que los obliga a ser desplazados de sus hogares producto del bombardeo indiscriminado de Israel sobre la Franja de Gaza.
Entorno a esta situación los países como EE.UU., y la Unión Europea solo ven este conflicto como “el derecho de Israel de defenderse” del grupo extremista Hamas, sin medir las víctimas civiles que deja el estado de Israel en la Franja de Gaza y minimizando la causa histórica de esta problemática.
Los recientes ataques, iniciaron por los desalojos arbitrarios impuestos por Israel en Jerusalén Este, localidad que está en su mayoría habitada por palestinos, ante esto Hamas en defensa propia actúo por la vida de sus habitantes.
En los 11 días de ataques contra la Franja de Gaza se contabilizaron 277 personas fallecidas incluidos 70 niños, 40 mujeres, 17 ancianos y mas de 8500 heridos. De acuerdo con las cifras de ONU, más de 75.700 personas fueron desplazadas debido a los ataques de Israel. Los misiles lanzados por el movimiento Hamas causaron la muerte de 12 personas en Israel, incluidos dos niños.
Las soluciones a este conflicto vienen dadas por la desocupación de Israel de las tierras asignadas al estado de Palestina, tal cual lo ha pedido la comunidad internacional en numerosos comunicados. Es necesario hacer valer las decisiones de carácter multilateral, de lo contrario seremos testigo de la letra muerta del derecho internacional.
Venezuela en la mira imperial
La política guerrerista que pretende el imperio en América Latina es quizás lo que desea imponer EE.UU. en Venezuela junto con sus lacayos de Colombia; crear un conflicto interno para luego intervenir, vendiendo armas a grupos paramilitares para incitar invasiones como la fracasada Operación Gedeón, o las agresiones y desplazamientos al pueblo de la frontera del estado Apure producto de las agresiones narcoterroristas de los grupos armados colombianos.
Siendo estas prácticas naturales de EE.UU. siguiendo la doctrina Monroe de América para los americanos, en donde Washington se siente en la libertad de gobernar los pueblos del mundo y con mayor injerencia en los países de América Latina.
No queda duda de las pretensiones que se buscan alcanzar en nuestro continente por los enemigos de la paz y de los pueblos, sin embargo, nuestra mirada está puesta en derribar con la Piedra de la dignidad y la conciencia cualquier intento de guerra que perturbe y busque violentar nuestra independencia, soberanía y desarrollo de nuestras naciones.
CARLOS ALBERTO SOTO SOTO
Internacionalista
FB: Carlos Alberto Soto Soto
IG: @Sotopsuv
Israel ya no es David; es el Goliat de los EE.UU. en el Medio Oriente | Por: Carlos Alberto Soto Soto