La subasta de 92 concesiones petrolíferas en Brasil, provocó la protesta de ambientalistas en Rio de Janeiro. Varias de las zonas en cuestión, se encuentran en áreas marinas que albergan grandes ecosistemas.
La protesta fue de forma pacífica frente a un hotel de la capital fluminense donde se celebra el polémico concurso. La subasta ha sido objeto de demandas judiciales que intentaron detenerlo en vano.
Asimismo, los carteles de la protesta decían «Mar sin petróleo». La venta de estas zonas supone permitir la explotación de hidrocarburos sin haber realizado estudios concluyentes sobre su impacto.
A su vez, la primera angustia de los ecologistas se centra en algunas zonas ofertadas en el noreste y en el sur. En la primera, las áreas que serán subastadas están cerca del archipiélago Fernando de Noronha y una cadena de montañas submarinas de alto valor ecológico.
Por su parte, la organización «Arayara» advirtió. «Sí operaciones de explotación son concedidas, se producirán altos de riesgo de derrames»; dijo en un manifiesto la organización Arayara que coordina la concentración.
También, la ONG acotó que hasta directivos de petroleras y bancos han alertado sobre el riesgo jurídico y ambiental de la explotación en esas áreas.
Las empresas vencedoras, serán las ofrezcan mayor valor por la concesión. Ese criterio tendrá el 80% de peso en el concurso, sumando la proposición del más ambicioso programa exploratorio en sus primeros meses de operación (20%)
