El espíritu de la Navidad es una tradición perteneciente a los países nórdicos y que, desde hace varios años, ha sido adoptada en muchas culturas del mundo como parte de las costumbres características de esta época.
En torno a esto, cuenta una leyenda nórdica que hace más de 80 mil años, un ser de una galaxia lejana aterrizó en la Tierra y se instaló en una región del norte, en la zona que actualmente se conoce como la península escandinava. Se trataba de un viajero errante y alegre que predicaba sus conocimientos, y repartía regalos y bendiciones durante su recorrido.
Según las diferentes tendencias religiosas escucharás varias versiones de quién es el Espíritu de la Navidad; por un lado se habla de esta persona nórdica que repartía regalos y bienes materiales, por otro lado se habla de una energía angelical que trae riquezas a todo nivel.
Esta festividad toma la fecha del 21 de diciembre, día en que la Tierra entra en el solsticio de invierno, es decir, cuando el planeta se encuentra en el punto más lejano de su órbita con respecto al sol.
Esta fecha es la ocasión propicia para que, entre las 10 y unos minutos, pasada la medianoche, el Espíritu de Navidad baje a la Tierra y visite a los hombres de buena voluntad que le dan la bienvenida, recibimiento que se retribuye con abundancia, paz y amor para los próximos 12 meses.
Ritual del Espíritu de la Navidad
El día anterior, las personas que realizan el ritual limpian la casa, con el fin de recibirlo libre de energías negativas.
Luego al día siguiente, después de la cena, encienden velas de color naranja, rojo y doradas, y perfuman los espacios con aromas de mandarina o limón, para posteriormente proceder a escribir sus deseos para el año venidero.
Los deseos se escriben en orden de prioridad, de mayor a menor, y se recomienda pedir en primer lugar por el bienestar y la paz mundial hasta llegar a los deseos más personales. Se cortan en tiras y se guardan hasta la visita del año siguiente para que se puedan quemar solo aquellos que se cumplieron.