La imagen del cuadro de Guaidó en el piso de la embajada de Venezuela en Bolivia, ha rodado por el mundo, como una muestra del regreso de la legitimidad a este espacio que fue invadido por una “dirigencia” que de manera semejante, se autoproclamó en el poder del Estado Plurinacional de Bolivia.
¿Qué espera a Juan Guaidó frente a la llegada de Biden al poder?.
En primer lugar, hay que señalar que en todos los aspectos representó un fracaso para la política de Donald Trump contra Venezuela. Es decir, el presidente Nicolás Maduro se mantiene en el poder, Trump se retira de la presidencia cantando fraude.
Ciertamente, la política exterior de EE.UU. no responde al presidente de turno. Más allá de esto, se trata de una política en este caso de llamada “seguridad hemisférica”; que busca preservar el poderío imperial sobre la región suramericana en el contexto de la Doctrina Monroe. Sin embargo, la nueva administración tiene poder para definir cuál títere mantiene como sirviente de turno.
Lo cierto es que, llegando a los últimos días del año 2020, América Latina se encuentra en tiempos de definiciones.
En medio de estas, la extrema derecha en Venezuela apostaba a la continuidad de Trump en el poder. No significa esto que la política internacional hacia el país pueda cambiar, en absoluto. Pero sí se activa la posibilidad de cambiar el rostro de sus principales operadores políticos, a pesar de que Voluntad Popular reconoció al nuevo presidente Joe Biden.
Son varios los fracasos acumulados por Guaidó; uno de ellos con el reconocimiento a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela por parte del Tribunal de Apelación del Reino Unido; frente a la controversia con respecto al oro de Venezuela en el Banco de Inglaterra.
¿Un nuevo tablero político para América Latina?
Por otra parte, Biden tiene en su haber un largo historial de intervención en la política interna de otros países, incluyendo Venezuela al formar parte del equipo de Barack Obama, quien emitió la orden ejecutiva contra Venezuela en el año 2014.
Son pocas las ocasiones en que ha fijado posición de manera directa sobre Venezuela, al referirse puntualmente sobre su voluntad en “defender los derechos humanos” en el mundo.
Por su parte, la vicepresidenta Kamala Harris, manifestó que apoya una transición pacífica y se opone a la intervención militar contra Venezuela. Todo se confirmará en las obras.
El panorama latinoamericano frente a los procesos electorales y movilizaciones sociales de países como Bolivia, México, Argentina, Chile y Colombia pueden significar un movimiento en el tablero diplomático.
Mientras tanto, el escenario electoral en Venezuela sigue avanzando ya en la entrada del proceso de campaña que tendrá 30 días de duración.
Todo está preparado para definir quiénes serán los y las integrantes del Poder Legislativo, espacio que fue utilizado durante 5 años como un búnker dentro de la estrategia de la extrema derecha y sus aliados internacionales. Vienen tiempos de definiciones.