Actualmente, Estados Unidos (EE.UU.) vive una grave crisis por la escasez de las fórmulas para bebés, ya que los anaqueles de varios supermercados están casi vacíos. Esta situación ha provocado que muchos padres busquen otras opciones mucho más costosas o peligrosas para la salud de los pequeños.
La escasez de fórmula para bebés afecta a gran parte de la población, es especial a las madres que no cuentan con seguro médico o que tienen trabajos de largas jornadas; en los cuales no le permiten amamantar a sus hijos.
Esta crisis inició desde el inicio del brote de covid-19, cuando se registraron dificultades en la cadena de suministro, pero se incrementó la escasez tras el cierre de la fábrica Abbott Nutrition en Michigan, donde se elaboraban las marcas Similac y Similac EleCare.
La planta suspendió sus operaciones cuando se detectó que varios de sus productos estaban contaminados y causaron serias infecciones bacterianas en varios bebés; que consumieron los productos, de los cuales 4 fueron hospitalizados y 2 de ellos fallecieron.
A esto también se suma, la falta de mano de obra, el acaparamiento de algunos supermercados y las compras de pánico. Estos factores influyen para que se incremente la escasez de la fórmula para bebés.
Para responder a esta situación, la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA, por su siglas en inglés) anunció que se reunió con varios fabricantes de fórmulas infantiles, para que incrementen su producción.
Asimismo, exhortaron a los comerciantes a que impongan límites de venta a la leche de fórmula para bebés.
La respuesta de Biden
El presidente estadounidense Joe Biden invocó este miércoles la Ley de Producción de Defensa, con el objetivo de acelerar la producción de fórmula infantil; y también autorizó vuelos para importar suministros desde el extranjero.
Aunque, la Administración de Alimentos y Medicamentos informaron que llegaron a un acuerdo para permitir que Abbott Nutrition reinicie su planta de Sturgis; sin embargo, deben revisar sus protocolos y procedimientos de seguridad antes de reanudar la producción.
La desesperación de los padres ha hecho que muchos racionen los alimentos para sus bebés e incluso hay quienes diluyen las fórmulas, lo cual trae graves repercusiones para la salud.
En ese sentido, la gerente del programa federal Women Infants and Children en San Antonio, Kelly Bocanegra, asegura que rebajar la fórmula puede producir un desequilibrio nutricional y generar problemas graves.
