El diario estadounidense The New York Times reveló esta semana una de esas historias increíbles que envuelven a la presidencia de Donald Trump en cuanto el tema de la inmigración. Proponen quemar a migrantes para impedirles el paso a EE.UU.
De acuerdo al diario neoyorquino; en octubre de 2018 se realizó una reunión en La Casa Blanca para abordar el problema de las Caravanas migrantes de Centroamérica hacia la frontera sur de EE.UU.
En el encuentro de trabajo participaron los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional y de la presidencia. Esta se hizo bajo la instrucción de que se necesitaba “una acción extrema” para detener el éxodo migrante centroamericano.
Competencia extremista
Sin dar más detalles sobre a qué se refería la instrucción de “acción extrema”; de los asistentes a una reunión separada del encuentro principal surgió una idea descabellada que solo parece el resultado de una competencia de fanáticos políticos que se disputan el honor de ver quién es más “extremista”.
Esa reunión separada a la de los líderes principales del Departamento de Seguridad Nacional con funcionarios de La Casa Blanca; estuvo configurada por agentes de Aduanas y Protección Fronteriza.
Según el periódico, desde la Patrulla Fronteriza se propuso la increíble idea de desplegar en el límite con México un rayo de calor diseñado por los militares estadounidenses hace más de 20 años.
El arma hace que las personas expuestas sientan que la piel les arde; una sugerencia sencillamente criminal que parece la idea de un villano extravagante de película, básicamente se trata de quemar a los migrantes.
Engavetar la idea
Como sigue contando la nota del The New York Times; cuando el proyecto lo llegó a saber la entonces Secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, les dijo a sus asistentes que nunca autorizaría el uso de un dispositivo de ese tipo; y añadió que nadie debería mencionar semejante idea en su presencia.
Sin duda la sugerencia del rayo de calor para hacer arder la piel de los migrantes es una extravagancia criminal, que si bien no se le ocurrió a Trump; ésta sí es la consecuencia de la competencia desenfrenada de radicales supremacistas amamantados con su narrativa anti inmigrante de dimensiones increíbles.
