Para la Fiscalía de Colombia no hay razones para juzgar a Uribe por los cargos de “fraude procesal y soborno a testigos”.
El funcionario que lleva la causa, Gabriel Ramón Jaimes Durán, solicitará la “preclusión del caso”, lo cual significa que “el expediente contra el expresidente podría ser archivado y no habría juicio”.
Desde agosto a octubre del año pasado Uribe estuvo en régimen de detención domiciliaria por esta investigación, lo cual supuso la primera vez en la historia que un exmandatario de Colombia cursaba un tiempo de “prisión”.
La decisión de Jaimes Durán de cerrar el caso sería la comprobación de la creencia popular de que Uribe “es un gato que siempre cae de pie”.
Para el funcionario de la Fiscalía de Colombia “la valoración integral de los elementos materiales probatorios, la evidencia física y la información legalmente obtenida determinó que varias de las conductas por las que se vinculó jurídicamente a Uribe no tienen característica de delito; y las que sí lo son no se le pueden atribuir como actor o partícipe”.
El expresidente, una vez se conoció este procedimiento, escribió en su Twitter un lacónico “Gracias a Dios”.
Una vergüenza para la justicia
El senador Iván Cepeda, afectado por la trama de manipulación de testigos de Uribe expresó que: “La Corte Suprema de Justicia recogió miles de pruebas y tomó una decisión contenida en 1.550 páginas que no han sido tomadas en cuenta por el fiscal Gabriel Jaimes. Su solicitud de preclusión no tendrá ningún sustento probatorio y será una vergüenza para la justicia en Colombia”.
De acuerdo a la revista Semana, “El proceso contra Uribe acaba de dar un giro trascendental”; pero al mismo tiempo aclara que la solicitud de preclusión no es una victoria definitiva.
Este paso significaría que “El caso queda sumido en un laberinto de diligencias que harán que el proceso del exmandatario se prolongue mucho más”.
