El presidente de Colombia, Gustavo Petro, designó al exmiembro del M-19, Manuel Alberto Casanova, como su nuevo director de inteligencia, convirtiéndose así en el primero en ese cargo sin tener algún vínculo militar.
La nueva designación de Petro llega como parte del proceso de transformación que está implementando en su Gobierno, especialmente en las Fuerzas Armadas y la Policía.
Luego de asumir la Presidencia de Colombia, Gustavo Petro comenzó a implementar varias de sus promesas de campaña; entre ellas mejorar lo referente a los derechos humanos, abusos y asesinatos de civiles.
Como parte de esta política, este fin de semana el presidente colombiano advirtió a las fuerzas de seguridad que se prepare para convertirse en un “ejército de paz”.
Esta instrucción al Ejército llega en medio dela reactivación de las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Ahora, mediante un decreto con fecha del 18 de agosto, Manuel Alberto Casanova lo designan como director general del Departamento Administrativo Dirección Nacional de Inteligencia (DNI).
Desde la creación del DNI, todos sus jefes han sido militares, sin embargo; con la designación de Casanova ahora el organismo pasará a estar dirigido por un civil.
El nombramiento fue criticado por la oposición colombiana, que alega que Casanova no posee experiencia en el manejo de inteligencia; contrainteligencia, ni en estrategias de seguridad y defensa.
Casanova al igual que Gustavo Petro se desmovilizó en 1990 como parte del acuerdo de paz que firmó el M-19.
Luego de entregar las armas, asumió el cargo de jefe de seguridad del partido político Alianza Democrática M-19; surgido del pacto de paz.
Recientemente, se desempeñó como funcionario de la entidad a cargo de la educación técnica en Colombia (SENA) y en una empresa exportadora de café.
En respuesta a la designación del nuevo director de inteligencia, la senadora Gloria Flórez afirmó que significa un cambio de rumbo; en el manejo de la inteligencia en Colombia, «un país que estuvo sumido en un conflicto interno de seis décadas».
