La Unión Europea sigue atascada en la diplomacia de la injerencia. Otra vez el bloque vuelve a opinar sobre lo que conviene o no a Venezuela y sobre los acuerdos que deben hacer sus políticos, como si no hubieran hecho ya demasiado para que eso no suceda hasta ahora.
Para Josep Borrell, jefe de la diplomacia del viejo continente: “las elecciones (regionales) podrían traer una nueva oportunidad para buscar un acuerdo entre el gobierno y la oposición”.
De acuerdo al intervencionismo europeo esto no ha sucedido porque Venezuela no se ha subordinado a las recomendaciones de violar su propia constitución.
La eurozona propuso en 2020 a Caracas posponer las elecciones parlamentarias de diciembre para que la oposición antidemocrática de Guaidó compitiera.
Diplomacia de la injerencia
La única moneda de cambio que ofreció el viejo continente para “avalar la legitimidad” del proceso era la de enviar una misión de observadores; como si sus expertos supiesen medir mejor que los venezolanos lo que les conviene y determinar lo que se hace correcto.
Sobre esa nueva oportunidad para conseguir un acuerdo que destrabe la crisis política a la que los mismos europeos han contribuido, ahora expresan que ese acercamiento de posturas “quizás podría ocurrir en las próximas (elecciones)”; y que: “La UE hará todo lo posible para ayudar”, añadió Borrell.
Europa, que ha reconocido ya que no toma sola sus propias decisiones injerencistas, reconoció que abordará el tema de Venezuela este miércoles con el Secretario de Estado de los EE.UU. Antony Blinken.
Borrell, como si se tratara de algo obvio, dijo: “Por supuesto que hablaremos de Venezuela”; y añadió que: “Con la nueva administración pienso que será posible coordinar nuestras posiciones sobre Venezuela”.
