Sin esperar a que se dé el resultado definitivo de las elecciones, ya Donald Trump se declaró ganador de los comicios. Parece que no hace falta terminar de contar los votos, porque su intuición es más potente que todo el sistema electoral desplegado para el escrutinio.
Para el momento de publicar esta nota, la cuenta de los denominados “votos electorales” dan ventaja al abanderado demócrata Joe Biden 238 por 213 de Donald Trump, pero se necesitan al menos 270 para ganar.
Durante una muy esperada comparecencia ante los medios, el presidente estadounidense resolvió con una intuición de su corazón lo que deberían despejar las insensibles estadísticas: “en mi opinión, ya hemos ganado”.
Fiel a sus intenciones, Trump planteó que solo un fraude pudiera contradecir su sensación ganadora. El mandatario que aspira a la reelección denunció que no permitirá que un grupo de malintencionados le arrebaten el triunfo al pueblo que le votó.
“Millones y millones de personas votaron por nosotros esta noche y un grupo muy triste de personas está tratando de quitarle ese derecho a aquello a un grupo de personas. No lo toleraremos”, dijo Trump desde La Casa Blanca.
Con una cara de contrariedad bien ensayada, Trump soltó la peligrosa versión del fraude y añadió que esto “es una vergüenza para nuestro país”.
¿Mal perdedor?
El inquilino de La Casa Blanca ha dejado servido entre sus partidarios que solo con trampa pudieran arrebatarle una gran victoria, y que incluso consiguió triunfar en estados en los que la pelea estaba bastante reñida.
“Nos estábamos preparando para ganar esta elección, francamente hemos ganado esta elección”, repitió el presidente, quien agregó lo que todos sabían que haría: llevar el caso ante la Suprema Corte, instancia en la que el tándem conservador está reforzado con una nueva magistrada escogida por él.
En su declaración denunció una repentina paralización del conteo de votos para cambiar los resultados: un argumento sospechosamente parecido al usado en Bolivia hace un año para justificar el golpe de estado a Evo Morales, con la sola diferencia de que esta vez no habrá informe de la OEA.
Trump también aseguró que se seguían emitiendo votos una vez cerrada la jornada: “Queremos que toda la votación se detenga. No queremos que hallen ningunas papeletas a las 04:00 de la mañana y las agreguen a la lista”.
También se creen ganadores
Mientras tanto en la esquina demócrata hay otro problema en esta elección en la que parece que cuenta más el corazón que los votos, porque Joe Biden también se ve y se siente ganador.
El abanderado demócrata dijo ante sus seguidores luego del cierre de las votaciones que “creemos que estamos en el camino para ganar”; y advirtió que el retrato final del escrutinio sería un proceso largo y pidió paciencia.
Así como Trump, los demócratas celebran haber ganado en estados en donde no se imaginaban hacerlo. Según las proyecciones que dan las grandes cadenas y no un organismo oficial electoral, Biden habría ganado Carolina del Norte (15 votos); Georgia (16 votos), Pensilvania (20 votos), Wisconsin (10 votos) y Míchigan (16 votos).
Lo delicado de todo esto es que los republicanos meten en sus cuentas los mismos estados; lo cual contribuye aún más a lo que parece una deliberada operación de confusión que enrarece la credibilidad de los resultados y exacerba la polarización.
Mientras tanto la millonaria campaña de Biden en Florida habría sido una inversión perdida, ya que al final terminó de imponerse Donald Trump como el ganador de los 2 votos electorales.