Pedro Castillo no sólo tiene que lidiar con el desprecio de la derecha peruana sino también la que viene de Venezuela o de venezolanos. Uno de los casos más recientes de la comparsa de odios en contra del candidato presidencial peruano fue la declaración en Twitter de Rafael Poleo.
Este dirigente político radicado en los EE.UU. desprecia y califica a Castillo sencillamente como un “ignorante” elegido por otros ignorantes que no serían pocos.
Buscando degradar al candidato presidencial de izquierda, asegura que ni siquiera es “comunista” sino un sujeto carente de inteligencia.
“El presidente electo del Perú no es comunista. Es sólo un ignorante elegido por una mayoría que es ignorante porque la minoría que no lo es jamás se ocupó de educarla» escribió en parte de su trino en Twitter.
El presidente electo del Perú no es comunista. Es sólo un ignorante elegido por una mayoría que es ignorante porque la minoría que no lo es jamás se ocupó de educarla. Lo que viene ahora allí no es dictadura, sino oclocracia, que es lo peor posible.
— Rafael Poleo (@PoleoRafael) June 8, 2021
Desprecio a las mayorías
Muy al estilo del discurso conservador, Rafael Poleo echa sobre el Perú sus peores pronósticos. Asegura que con Castillo, el pueblo peruano eligió una especie de abismo o la salsa con la que quieren ser cocinados.
“Lo que viene ahora allí no es dictadura, sino oclocracia, que es lo peor posible” terminó de expresar el dirigente político.
Lo dicho por Poleo revela su predilección por el insulto y una subestimación a los procesos populares.
Con oclocracia desprecia a las mayorías que en la definición del término dice que es el gobierno de las muchedumbres. Unas masas que obviamente no serían supuestamente cultas, que deciden por pasión y no serían dignas de al menos ser consideradas como “pueblo”.
Triunfo inédito
De consumarse el triunfo de Castillo en Perú, se trataría de un triunfo inédito de la izquierda en ese país. Al mismo tiempo se vislumbra como un revés al avance neoliberal luego del triunfo de Lasso en Ecuador.
Al mismo tiempo la causa de Castillo despierta resentimientos porque la definición no estaría en manos de las zonas urbanas y aparentemente educadas sino por el voto remoto de las zonas más pobres y rurales del “Perú profundo”.