El destino glorioso de una frase potente: 67 años del «La historia me absolverá»

Hay frases que perduran en la historia más allá de los hombres que las dicen; y es porque tienen la vibración potente de un augurio fascinante.

Una de esas frases que siguen conmoviendo con la pasión juvenil de su momento es la de “La historia me absolverá”, la firma profética con que Fidel Castro selló el argumento de su propia defensa ante el tribunal que le juzgaba por el asalto al Cuartel Moncada del 26 de julio de 1953.

Lo curioso de este episodio es que la frase quedó resonando como un eco inacabable, no solo en el ámbito de la improvisada sala de juicio en un hospital de Santiago de Cuba, sino en la de los testigos, en la que había verdugos y periodistas que revelaron la historia una vez que triunfó la revolución.

Proclama de una revolución

El alegato del entonces joven abogado Fidel Castro se convirtió en la proclama de un movimiento, que si bien había perdido en el plano militar, ganó mucho desde entonces en la opinión pública y en el terreno de la política.

Una vez triunfó la revolución en 1959, la frase se liberó del secretismo de la dictadura de Batista. Se convirtió en consigna de los revolucionarios y en el primer pensamiento de muchos una vez que el comandante Fidel Castro falleció a los 90 años.

“La historia me absolverá” se convirtió en una sentencia firme y definitiva cuando el líder cubano terminó el recorrido vital de su existencia.

Muchas publicaciones en el mundo la usaron para decir sencillamente con ella la verticalidad con que vivió Fidel, exclamando: “La historia te absolvió”.

Patrimonio de los cubanos

La determinación con que el joven Fidel defendió su empresa heroica de rebelarse contra la tiranía de Batista no era la reacción de un hombre detenido y derrotado, sino la de un sujeto con la visión potente de leer las señales de la historia en la soberbia de sus enemigos.

Con aquella frase que todavía suena nítida 67 años después, los cubanos recuerdan el patrimonio de su historia, esa que en la obstinación de un hombre solo contra el mundo, resume el carácter de una isla resuelta a seguir siendo soberana.