Un tiroteo en la ciudad de Wauwatosa en los EE.UU. deja al menos 8 personas heridas, y según algunos reportes, un fallecido.
El suceso pasó en un centro comercial llamado “Mayfair”; un lugar que por segunda ocasión en el año se convierte en el escenario de un fenómeno que en 2020 casi se produce a diario.
En esta ocasión el tirador hizo daño y se escapó. La policía llego tarde y le busca con unas señas bastante generales que hacen difícil la búsqueda.
Según la policía solo dispone de los siguientes datos del agresor: “hombre blanco de unos 20 o 30 años”, unas coordenadas que se parecen a no tener nada.
Por ello el alcalde la ciudad ubicada en el estado de Wisconsin dijo que “Llevará tiempo proporcionar información adicional, y quizás más precisa; pero la información se dará a medida que esté disponible”.
Sobre los heridos, el mandatario local aseguró que ninguno se encuentra en peligro y que los lesionados son “siete adultos y un adolescente que ya fueron llevados al hospital”.
De acuerdo al testimonio de los testigos, el tirador habría hecho entre 8 y 12 disparos.
Segunda vez en el año
El episodio de este viernes en el centro comercial de “Mayfair” volvió a colocar al lugar en el centro de un suceso, luego que en febrero de este año un policía mató en ese lugar a un joven afroamericano de 17 años.
Con el tiroteo en Wauwatosa ya son al menos 250 tan solo en lo que va de este año en los EE.UU., una cifra que revela dramáticamente un promedio de casi un suceso diario de este tipo.
En los EE.UU. el porte de armas es un derecho constitucional, y ni siquiera “la pandemia de la violencia” de este tipo ha conseguido transformar un problema que es casi “una tradición patriótica” en la que parece vale más tener un arma que cuidar la vida de todos.
En el país estadounidense hay un fuerte lobby que hace apología a la tenencia de armas. No en vano existe la Asociación Nacional del Rifle, una organización potente que tiene influencia determinante en Washington, y que es capaz de incidir en decisiones como lo hizo en California, cuando se dejó sin efecto la orden que obligaba al cierre de las armerías, con el argumento de que las armas “son un bien esencial”.