En tiempos de elección presidencial se suceden cosas que no tienen sentido cuando se conjugan igualdad, democracia y participación de todos en la vida política mediante el voto, pero esas cosas no han dejado de manifestarse. Me refiero al derrotismo, al rumor de las conspiraciones y a la injerencia; son situaciones que, producto de la imaginación o de existencia verdadera, están en las conversaciones de la gente y hasta en sus preocupaciones.
El derrotismo es el drama de lo absurdo porque quien lo practica se coloca en posición falsa. Su conducta es propagar el desaliento con informaciones falsas o rumores acerca de algo de carácter político, por ejemplo, que está por suceder. Quienes se dan a la práctica del derrotismo político, no explican sus propias derrotas, evaden sus responsabilidades, pero crean la noticia tendenciosa o falsa y así provocan alarma o desasosiego.
También suenan en momentos previos al acto electoral los rumores de conspiración. Pues bien, desde hace algún tiempo hay sectores opositores que juegan a la democracia y al mismo tiempo conspiran y se entregan al delito político. Este país ha vivido cualquier tipo de conspiración. En ese sentido la Revolución Bolivariana ha sufrido golpes de Estado, paro petrolero, sabotajes, asesinatos de sus líderes, guerra económica, guerra mediática y el pueblo ha sufrido los embates de esas acciones.
Sin duda alguna, Venezuela ha sido víctima de la injerencia de EEUU y de la Unión Europea, siendo una de esas acciones la aplicación unilateral de sanciones económicas, financieras o de cualquier índole para presionar al Estado venezolano a que subordine el ejercicio de su soberanía, o haga lo que se le ordene. La injerencia en los asuntos de otro país no sólo hace referencia al empleo de la fuerza militar para invadirlo, sino que además se utiliza para promover cambios en el orden político, ya sea apoyando un golpe militar, judicial o parlamentario; o financiando a grupos o bandas paramilitares o terroristas para desestabilizar y derrocar el gobierno.
En fin, estas cosas negativas, de conspiraciones, injerencias o que buscan propagar el desaliento en vísperas de elecciones, las ha confrontado el país en el pasado y las ha derrotado. Pero, a todo evento, hay que estar alerta.
BELTRÁN HADDAD
ÚN.
