Los hay de todos los sabores: relleno de mermelada de guayaba, con Nutella, y hasta hay una versión maracucha con plátano; pero sin duda, el de queso es el mejor. El tequeño es sencillamente un plato versátil, propio de la cultura venezolana, nacido en Los Teques, estado Miranda.
Incluso, en nuestro país es común escuchar que «no hay una buena fiesta si no hay tequeño». pero no solamente es un pasapalo, pues funciona como merienda, desayuno, cena, o como prefiera el comensal. Se trata de una delicia hecha con masa de trigo y está relleno de queso; sin embargo, es tan versátil que sus contenidos hoy, son diversos.
Hay quienes lo califican como «palitos de queso», pero no son iguales. Son mucho mejores.
Este jueves, el ministro para la Cultura, Ernesto Villegas, difundió un video en el que firmó el reconocimiento el tequeño como Patrimonio Cultural de Venezuela.
Que lo sepa Raimundo y todo el mundo: el tequeño es Patrimonio Cultural de #Venezuela. Hoy #20Abr tuve el gusto de firmar el certificado que deja constancia de la inscripción de esta delicia gastronómica de los Altos Mirandinos en el Registro del Patrimonio Cultural Venezolano. pic.twitter.com/C44oLEiJls
— Ernesto Villegas Poljak (@VillegasPoljak) April 20, 2023
Origen de una deliciosa tradición
Con este reconocimiento, el tequeño se suma a la arepa, la hallaca y el café, como símbolo de la gastronomía venezolana.
Durante mucho tiempo, cronistas y cultores de la comida típica nacional, han debatido sobre el origen de este plato. Sin embargo, el reconocimiento que hace el ministro Villegas, está orientado a ratificar la historia según la cual, esta preparación se hizo por primera vez en Los teques.
De hecho, a esta población mirandina, debe su nombre, homónimo con el patronímico de sus habitantes.
Una de las teorías más aceptadas, reseña que fue la cocinera de una familia adinerada, la que ideó este bocadillo para una fiesta a principios del siglo 20.
Fue tan bien recibido que poco a poco se comenzó a comercializar y masificar su elaboración. Eso sí, en Caracas se le terminó de dar identidad. Se dice que cuando llegaban los vendedores a la ciudad, a venderlos, los compradores decían «¡llegaron los tequeños!».