La reciente embestida de la derecha contra la política de exploración y explotación del oro, es sin duda una estrategia continuada que busca deslegitimar la capacidad del Estado en la gestión de los recursos estratégicos, al tiempo que se asfixia financieramente al gobierno, en detrimento de la calidad de vida del pueblo, que según sus cálculos en algún momento les otorgará el poder.
Muchas han sido las especulaciones de la derecha, desde la publicación del decreto presidencial N° 8413, con Rango Valor y Fuerza de Ley Orgánica, que reserva al Estado las actividades de exploración y explotación del oro, que materializó en el año 2011, la repatriación de gran parte del oro venezolano, depositado en el extranjero como garantía de las deudas adquiridas por los gobierno de la cuarta república.
Acción soberana, pública y notoria que contrasta con las operaciones silenciosas de Rómulo Betancourt al banco de la reserva de Estados Unidos y de Carlos Andrés Pérez a los bancos suizos e ingleses.
Sin embargo, mas allá de las especulaciones y críticas, la derecha nunca había llegado tan lejos como hasta ahora, con la reciente denuncia del diputado Ángel Alvarado, sobre la venta de oro venezolano a Uganda vía contrabando.
Operación no comprobada ni confirmada por el gobierno de Ugandés, quienes a través del vocero de la policía Fred Enaga han afirmado una investigación a la Refinería de Oro Africano (AGR por sus siglas en inglés) por adquisición ilegal de minerales, sin evidencias concluyentes que den cuenta del origen del oro. Denuncia irresponsable y por demás preocupante, dadas las heridas del continente Africano por el contrabando de minerales, que ha servido como elemento desestabilizante de gobiernos, que ha costado la vida de millones de inocentes; que ocurre en un clima de tensión política orquestado por el gobierno estadounidense y sus socios más cercanos que se suma a las pretensiones de guerra civil o intervención militar para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro.
Por otro lado, el periodista Nelson Bocaranda insiste en denunciar la fuga del oro venezolano, en una acción de desconocimiento de la política de exportación de este mineral por parte del gobierno.
Acciones que dejan clara la falta de límites en la táctica de la derecha venezolana, en su batalla por hacerse del poder político a toda costa, que busca aumentar las tensiones y presiones internacionales, contra la gestión del gobierno venezolano, que justifica las acciones de bloqueo financiero, la congelación de activos y la retención ilegal de de 14 toneladas de oro por banco de Inglaterra, que impactan directamente el bolsillo y vida de los venezolanos.
