Pese a la campaña de desprestigio de la oposición, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ratificó este lunes el binomio formado por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y la vicepresidenta y también esposa, Rosario Murillo; de cara a las próximas elecciones presidenciales del 7 de noviembre.
Se trata de la segunda vez que ambos forman parte de la candidatura del FSLN, después de las presidenciales de 2016 en las que se impusieron con más del 72% de los votos.
La presentación de candidatos y candidatas del FSLN para las Elecciones Generales de noviembre 2021, se dio en medio del congreso nacional del Frente, donde ratificaron la fórmula presidencial. Además aprobaron el programa electoral; así como las 20 candidaturas a diputados de la Asamblea Nacional y otras tantas para el Parlamento Centroamericano.
Durante el Congreso Sandinista Nacional, Ortega aseveró que el país centroamericano ha logrado un avance significativo en las garantías de los derechos humanos; aún en medio de las agresiones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea. Asimismo enfatizó que Nicaragua es una nación de paz, dispuesta a defender su soberanía y autodeterminación. Aseveró que la Revolución sandinista seguirá adelante y que en su país no hay cabida para la instauración del capitalismo.
Nicaragua vs. las sanciones ilegales
Las sanciones impuestas contra Nicaragua, constituyen una violación evidente del Derecho Internacional. Por ello, organismos y gobiernos progresistas han ratificado todo el respaldo y solidaridad al gobierno nicaragüense.
La ratificación de Ortega como candidato presidencial, se da el mismo día en el que la Unión Europea impuso nuevas
sanciones a 8 nicaragüenses, entre ellos a
la vicepresidente Murillo; así también a su hijo Juan Carlos Ortega Murillo. Según el bloque comunitario, los sancionados socavan la democracia y violan el Estado de derecho, dijo el bloque en un comunicado este lunes.
En algunas oportunidades, Ortega ha insistido en que los gobiernos de América Latina jamás han agredido a los pueblos y gobiernos de Estados Unidos y Europa; esto en respuestas a los constantes ataques contra Nicaragua y otros países de la región por parte de las administraciones norteamericanas y europeas.
