En medio de la turbulencia económica mundial que arreció con la pandemia por covid-19, el autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI), anuncia un incremento en su capacidad de préstamo, con la mirada puesta en las necesidades financieras de los “países más vulnerable”.
Por esta razón, la vocería de FMI considera que el planeta atraviesa un momento sin precedentes; en cuanto a las dificultades de los sistemas económicos y considera oportuno plantear la asignación del los denominados derechos especiales de giro. El monto alcanza los 650 mil millones de dólares estadounidenses.
El organismo cataloga la decisión como histórica y destaca la magnitud de la “inyección en el brazo para la economía mundial; en momentos de una crisis sin precedentes“. Sin embargo, no hace referencia a los compromisos ni la relación de dependencia que esos planes acarrearán para quienes se apunte en la lista del FMI.
En abril de 2020, a pocos meses desde que inició la expansión del covid-19, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, ya vaticinaba el hecho de que la pandemia del coronavirus provocaría “la peor caída económica desde la Gran Depresión” de 1929.
Las letras pequeñas
El Fondo Monetario Internacional anunció que el programa, aprobado desde mediados del mes de julio, entrará en vigencia desde el 23 de agosto de 2021. También destacan la oferta de poner a disposición de los “países emergentes y en desarrollo” la cantidad aproximada de 275.000 millones de dólares.
No obstante, los voceros el ente no aclaran si existe alguna modificación en las exigencias, condiciones y compromisos que implican todas las “recetas” del FMI y que históricamente representan un peso sobre los hombros de los países que reciben esos rescates financieros; cuyas consecuencias permanecen, incluso durante décadas.
Es decir, la medida abre el debate sobre los resultados que puedan arrojar “las letras pequeñas” de un contrato que se firme con el Fondo Monetario Internacional. Por lo tanto, no hace referencia a las cláusulas de las cuales se habla poco; pero determinan la posible “estafa” que puedan esconder los préstamos a los que se refiere el tema.
Recientemente, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, presentó la propuesta para “cambiar algunas reglas del sistema financiero internacional; para un mejor desarrollo en estos tiempos pospandemia”.
Durante la gestión neoliberal de Mauricio Macri, la nación argentina quedó atada a una enorme deuda con el FMI, en lo que analistas consideran como un claro ejemplo del impacto que pueden tener esos mecanismos si se asumen de manera deliberada o interesada.
En medio de los embates de la pandemia de la covid-19 en todo el planeta; países que mantienen deudas con el FMI demandan que se considere las actuales condiciones y sus efectos socioeconómicos. La idea es encontrar alivio en la presión que ejerce el Fondo sobre los países a los que ha otorgado préstamos.
