Los excesos de Trump y el apuro de sus enemigos, han metido al presidente en la vitrina de la historia. Como se esperaba, la mayoría demócrata en el Congreso volvió a votar el juicio político contra el republicano, con lo que se convierte en el primer mandatario de esa nación en ser pasado dos veces por el impeachment.
Como sucede en estos tiempos en donde la caravana de informaciones nos apabulla con una dinámica que apenas nos deja tiempo para hacernos una pregunta en silencio, no son pocos los que todavía no saben absolutamente de qué va esto. De si ya el presidente está fuera, o qué falta para que ahora sí le boten del gobierno. O incluso si entrega el poder a Biden y sigue activado el juicio.
El juicio político es una fórmula de la ley estadounidense para destituir, entre otros funcionarios, al presidente del país. Es un recurso que muchas constituciones en el mundo la tienen, aunque esperan siempre nunca tener que usarla.
Dos veces antes de Trump
En el caso de EE.UU. es un evento raro que antes de Donald Trump solo se había activado 2 veces. El primero en ser interpelado por el Congreso fue Andrew Jhonson en 1868, y Bill Clinton en 1998, y ambos en el senado salieron absueltos.
El tercer episodio de juicio político fue contra Donald Trump en 2020, y también salió eximido en la cámara alta.
Pero el cuarto proceso de impeachment tiene al mismo protagonista: Donald Trump, quien no solo en enero de 2021 se convirtió en el primer presidente de EE.UU. en aupar el asalto a su propio Congreso, sino también en el primer mandatario en cursar 2 procesos de destitución en el parlamento.
¿Por qué un juicio político?
De acuerdo a la constitución de la nación norteamericana, un presidente puede pasar por el juicio político del Congreso en caso de traición, corrupción u otros crímenes mayores.
En esta oportunidad la mayoría demócrata le acusa de incitar el asalto al congreso el pasado 6 de enero y a una insurrección contra el gobierno, lo que es lo mismo que una maniobra de traición.
El juicio político en EE.UU. es un procedimiento de dos etapas que lo activa una mayoría simple en la Cámara de Representantes y que resuelven los senados con dos tercios de los votos.
De acuerdo con la ley norteamericana, la decisión del Congreso es inapelable. Al mismo tiempo es la muerte política de quien la sufra, ya que le inhabilitaría para siempre para ejercer cargos públicos.
El siguiente paso del impeachment es la votación en el senado, un proceso para el que habría que esperar hasta el 19 de enero, fecha en la que los senadores vuelven al capitolio después del receso de fin de año.
El trumpismo no acaba con Trump
El desenlace todavía es una incógnita. Ese día es el último de la mayoría republicana y el último de Trump como presidente, ya que Biden asumiría el gobierno el 20 de enero.
Si bien parece absurdo el apuro de botar a un presidente que ya está de salida, todo indica que la intención es inhabilitar a Trump para siempre. Para algunos analistas, este paso si bien pudiera dejar al magnate sin opciones de una segunda oportunidad en la presidencia en 2024, el sentimiento trumpista es una corriente política sembrada en la conciencia estadounidense que no se puede bloquear.