La pandemia de covid-19 sigue completamente fuera de control en Colombia. Esta semana la nación neogranadina sobrepasó el millón de casos comprobados. Con ese registro el vecino país se ubica en el puesto número 8, entre los Estados más afectados con esta enfermedad altamente contagiosa.
La cifra de fallecidos ya se ubica en 30 mil personas, y se teme que las curvas de contagio aún no han alcanzado su máximo potencial. El manejo de la pandemia, al igual que ha sucedido en Brasil, Ecuador, Chile y Perú ha sido errático. Al inicio, las autoridades del gobierno de Iván Duque, mantuvieron una actitud negacionista. Y luego pretendieron ocultar las cifras.
Asimismo, desde Colombia se intentó desatar una crisis sanitaria en Venezuela, estimulando el paso de personas infectadas por trochas y pasos ilegales. Sin embargo, a pesar de ser de los pocos países en el mundo en enfrentar un fenómeno de migración inversa, en el territorio venezolano se ha logrado contener el contagio (Los casos totales se acercan a los 90 mil) y se exhiben cifras favorables en términos de pacientes recuperados y asintomáticos.
Vicepresidenta contagiada
La polémica vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez, salpicada en diversos escándalos familiares de narcotráfico, informó ayer que está contagiada con la covid-19. La alta funcionaria de 66 años de edad ahora deberá guardar el reposo y el aislamiento correspondiente, antes de volver a sus labores habituales.
Ayer me realicé la prueba de #COVID19, ya que tenía previsto viajar a la Cumbre de Gobernadores en Manizales. Informo a los colombianos que el resultado fue positivo. Gracias a Dios, me encuentro en buen estado de salud cumpliendo el aislamiento correspondiente.
— Marta Lucía Ramírez (@mluciaramirez) October 23, 2020
Colombia y sus autoridades han sido críticos enconados del gobierno venezolano y su gestión social. Han llegado al extremo de acusar a la nación de políticas violatorias de los Derechos Humanos. Señalamientos no solo carentes de asidero, sino cínicos en extremo.
El acceso a la salud en Colombia es un privilegio reservado sólo para muy pocos. Los tratamientos, pruebas diagnósticas y la logística de aislamiento para los pacientes infectados de covid-19, que sobrepasan el millón, se tasan a precios internacionales. Por lo tanto, se convierten en elementos prohibitivos para la gran mayoría del pueblo humilde.
Eso por no mencionar el fenómeno de las masacres, el paramilitarismo y la narcopolítica.