El senado de los EE.UU. le aprobó a Biden su hombre para llevar el Departamento de Defensa. Se trata del general retirado Lloyd Austin, quien ya es el primer afroamericano en encargado de los asuntos militares de su país.
Además de esta novedad histórica y simbólica de la administración demócrata, la cámara alta aprobó una exención especial para el ex oficial retirado hace 4 años.
La ley estadounidense estipula que para que un militar retirado pueda llevar la jefatura del pentágono, deben transcurrir al menos 7 años.
Pero esta decisión del congreso no es una novedad solamente concedida a Biden. El senado también le hizo el guiño de aprobación a Trump cuando nominó para Secretario de Defensa al General Jim Mattis.
Este hombre de 67 años viene de desempeñarse en el ámbito privado de la industria militar. Formó parte de la directiva de RayTheon Technologies C.O., uno de los mayores contratistas del Pentágono.
Cuando se supo la intención de Biden de nominarlo para el puesto, no faltaron quienes plantearon que la designación del general Austin pudiera suponer un conflicto de intereses para el ahora confirmado como funcionario.
En su hoja militar, fue Jefe del Mando Central de los EE.UU. y supervisó las operaciones militares de ocupación en Afganistán, Irak, Siria y Yemen.
Sobre las operaciones de EE.UU. para desestabilizar a Siria, reconoció en 2015 ante el Congreso que su país financió a mercenarios sirios pero que este proyecto “fracasó”.
A pesar de su amplio trabajo como oficial militar, en los medios le llaman “el general invisible” debido a su tendencia “a evitar ser el centro de atención”.
Pero contradictoriamente ahora Lloyd Austin renuncia voluntariamente a esa virtud de la vida discreta para ponerse en el centro de atención de los asuntos de guerra de su país, el cual en los últimos 4 años no comenzó una nueva.