Este miércoles se cumplen 3 semanas seguidas de protestas en Colombia que han transformado al país en un extenso escenario de insatisfacción social reprimida por la policía.
La jornada que empezó por rechazar la Reforma Tributaria, se ha transformado en un movimiento más complejo que puso de relieve que el reclamo de los colombianos no es solo que no quiere pagar más impuestos.
Luego de 4 días de manifestaciones, consiguieron la única concesión de Duque hasta ahora: retirar la propuesta en el Congreso para que se debata una que sea el producto del consenso.
Al contrario de lo que se pensaba, la protesta no se detuvo. Inmediatamente el descontento social mutó en el reclamo de otras reivindicaciones que pusieron sobre la superficie que Colombia es un país en donde hay mucha gente molesta.
Lo que sucede en #Colombia?? es una guerra civil no declarada, del Estado ultraderechista (oficial y paramilitar) contra el estrato más humilde de la Clase Trabajadora, la más excluida y discriminada.
? La suma de todas las minorías es la genuina, indiscutible y digna mayoría. pic.twitter.com/gDV5scEtGY
— Fundación Internacional de Derechos Humanos (@Declaracion) May 18, 2021
Reprimir para gobernar
Adicionalmente la situación puso en evidencia el talante de los políticos conservadores, una raza de burócratas dispuestos a todo para mantener intacto el sistema que distingue a Colombia como el país más desigual del continente.
Sobre esa decisión de no ceder más a la presión popular, ordenaron la represión. En 3 semanas ya son más de 40 muertos y más de 2.300 casos de abuso por parte de la fuerza pública.
Al mismo tiempo que la clase política esgrimió las armas contra la gente, también desplegó los medios para deslegitimar las manifestaciones. Se instaló la narrativa de una protesta de vándalos infiltradas por la guerrilla o financiada por Venezuela.
En respuesta, la gente solo ha conseguido en las redes sociales el terreno para responder a la guerra comunicacional asimétrica. Solo a través de las plataformas digitales se puede ver la saga de abusos de la policía que ha obligado al menos a tibias condenas de países antes aliados incondicionales de Bogotá.
No existe en Colombia ningún derecho a obstaculizar vías; ningún derecho a afectar los derechos de los demás. He dado instrucciones a la Fuerza Pública para que desbloquee vías en el país, en trabajo con alcaldes y gobernadores, y con estricto cumplimiento de los derechos humanos pic.twitter.com/3ROUxmVDVj
— Iván Duque ?? (@IvanDuque) May 18, 2021
Duque no cede
A pesar de las evidencias de una represión excesiva, Duque se niega a condenar la violencia policial. Tampoco cede a las exigencias del Comité Nacional del Paro, y solo responde a la crisis con más policías y militares en las calles.
Este lunes en la noche ordenó un mayor despliegue de fuerza pública al mismo tiempo que sus representantes se reunían en Bogotá con los delegados de la protesta.
La crisis apenas le ha costado a Duque la renuncia de 2 ministros y una reforma engavetada. Mientras tanto al pueblo le ha costado más de 40 muertos, lesionados oculares, centenas de desaparecidos y la injusticia de un país que no cambia hacia un destino mejor para todos.