Históricamente, los científicos han estudiado a personas que son inmunes naturalmente a virus como el VIH para desarrollar potenciales tratamientos; y con el nuevo coronavirus, algunos señalan que hay evidencia que sugiere de que también los hay.
Entre ellos, los que publicaron a principio de esta semana un artículo en la revista Nature Immunology proponiendo «una estrategia para identificar, reclutar y analizar genéticamente individuos que son naturalmente resistentes a la infección por SARS-CoV-2».
Las enfermedades infecciosas muestran una enorme variabilidad que va desde ausencia de síntomas hasta un estado de gravedad potencialmente mortal, y esa variabilidad en la respuesta del cuerpo puede explicarse, al menos en algunos individuos, por factores genéticos.
En este sentido, decidieron analizar ejemplos de «susceptibilidad genética» a enfermar gravemente de dos enfermedades infecciosas: tuberculosis, uno de los flagelos más mortíferos de la salud humana que, paradójicamente, desarrollan menos del 10% de los infectados por la bacteria que la provoca, Mycobacterium tuberculosis; y covid-19, de las que, según se lee en el estudio, «Se ha informado de varias familias en las que todos los miembros excepto uno están infectados, lo que sugiere que algunas personas altamente expuestas pueden ser resistentes a la infección por este virus».
Por otro lado, propusieron varios genes candidatos potencialmente implicados en la resistencia innata humana a la infección por SARS-CoV-2 que surgieron de varias líneas de evidencia. Entre ellos, el gen ABO relacionado con los grupos sanguíneos presentes en los humano y otro relacionado con la proteína TMEM41B, un factor crítico necesario para la infección por coronavirus.
Pero hay dos desafíos clave en la búsqueda de individuos naturalmente resistentes a la infección por SARS-CoV-2. En primer lugar, demostrar la ausencia de infección. Un segundo desafío de los científicos radica en la probabilidad de transmisión del virus, que depende tanto de la duración como de la intensidad de la exposición a una persona infectada y de las características mismas de transmisión del patógeno.
Para encontrarlos, los autores del estudio sugieren implementar un proceso sistematizado que comenzará concentrándose en personas no infectadas que convivan con pacientes con covid sintomático.
El candidato potencial luego se haría una PCR y un análisis de sangre para detectar signos del coronavirus después de cuatro semanas de exposición y, si resulta negativo, sería un buen candidato para el estudio.
El equipo de científicos ya reclutó a más de 400 personas que cumplen con los criterios, pero están buscando más. «La inscripción colaborativa de los participantes del estudio continúa [en este link], y sujetos de todo el mundo son bienvenidos», finalizaron.
Fuente: FiloNews.