El equipo de investigación de RedRadioVe ha preparado un vídeo donde se desnudan los detalles del caso Monómeros: una nueva estafa de Juan Guaidó. Observando este interesante material se puede conocer las principales irregularidades, que se han cometido con esta empresa venezolana. Todo bajo el amparo de la inconstitucionalidad de una Asamblea Nacional en desacato, genuina expresión del cambio que nunca fue.
Monómeros es una empresa colombo-venezolana del ramo de la petroquímica, dedicada a la producción de fertilizantes. Tras la adquisición de la mayoría accionaria por parte del gobierno venezolano en 2006, llegó a controlar hasta 60% del mercado de abono agrícola en tierras neogranadinas.
Zarpazo “legal”
Más tarde (2019) bajo la figura ilegal de un gobierno de transición, Juan Guaidó y su banda internacional toman control de la empresa. La primera irregularidad vino con la designación de la Junta Directiva. Tal como indica el propio opositor, Humberto Calderón Berti, las agrupaciones políticas del llamado G-4 querían repartirse los cargos directivos, sin respetar ningún criterio técnico-profesional.
“Yo participé junto con Leopoldo López en la sugerencia de nombres. Había que designar 4 directores, uno por cada partido del G.4. Había que nombrar 4 gerentes, uno por cada partido del G-4. Y a mí eso no me pareció que era lo correcto”, denunció en su momento Calderón Berti.
Una vez en control de los cargos directivos de la empresa Monómeros, comienzan las irregularidades en el ámbito administrativo. Maquillaje de cifras mediante, la compañía inexplicablemente comienza a dar pérdidas mil millonarias por el orden de los 25.7 millardos de pesos colombianos.
Lo más insólito es que luego la junta directiva fraudulenta comienza a hablar de una “rápida recuperación”. Pero, para ello toman como referencia, irónicamente, los dividendos que daba la empresa, cuando era administrada por el Estado venezolano.
El colmo del descaro
Y la guinda del pastel viene con la utilización del criminal bloqueo financiero de los Estados Unidos, solicitado por ellos mismos, como excusa para no generar beneficios económicos al país. “No podemos vender nuestros productos ni comprar materia prima que venga de Venezuela, por el tema de las sanciones”, asegura con desparpajo, Ana Elisa Hernández, integrante de la junta directiva ilegal de Monómeros.
¿Será el destino de este capital, el mismo de la ayuda humanitaria?, o ¿Terminará la empresa siendo arrebatada por sus acreedores como Citgo? Quién puede dudar que a estas alturas la única respuesta clara es: que esta Asamblea Nacional en desacato representa el cambio que nunca fue.
De ahí la importancia de votar masivamente este 6 de diciembre en las elecciones parlamentarias que organiza el nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE). Será la gran oportunidad, para poner coto definitivo a estas acciones delictivas, propias de la delincuencia organizada internacionalmente.
