Carla Angola y su doble moral: aplaude la mascarilla en EE.UU., pero la condena en Venezuela

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Cuando las personas no tienen autonomía en el plano intelectual, tienen que navegar como un barquito de papel a merced del viento: un rato a la derecha, otras veces a la izquierda, sino hacia adelante, quizás para atrás, o tal vez detenidos. Les llaman veletas y representan a la perfección la conducta asumida por la ultra opositora periodista venezolana radicada en Miami, Carla Angola.

La comunicadora en un principio partió lanzas contra el gobierno del presidente constitucional, Nicolás Maduro, por recomendar el uso de la mascarilla. De hecho, la exhortación efectuada por el primer mandatario venezolano dio pie a un tuit mendaz y mal intencionado.

Tira y encoge

En el trino del pasado 15 de marzo, Angola hacía ver que el presidente Maduro prácticamente estaba obligando a la población a utilizar las mascarillas y además refería que según «expertos» este artículo era prescindible para las personas no contaminadas.

En primer lugar hay que aclarar que en ningún momento el gobierno bolivariano ha emitido decretos ordenando el uso del tapabocas. Todo lo contrario, las autoridades gubernamentales, con el presidente Maduro a la cabeza, han hecho llamados a la población, reiterativamente, para que hagan uso de este artículo consciente, voluntaria y responsablemente.

Por otra parte, al ser la vía área la principal modalidad de contagio de covid-19, lo que sí han dicho  los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre otros, es que la mascarilla sí debe debe utilizarse. Esto de una forma casi religiosa, cada vez que las personas se vean en la imperiosa necesidad de salir a la calle, bien para comprar alimentos o para realizar cualquier otra diligencia vital.

La gestión de la covid-19 en el país norteamericano ha sido un desastre, es el epicentro mundial de la pandemia. Pero atisbos de sensatez han surgido de parte de algunas autoridades gringas. Ejemplo de ello ha sido precisamente una resolución del condado de Miami donde sí se conceptúa como una infracción la no utilización del tapabocas.

Otra óptica

En este caso, así como por arte de magia, la veleta, perdón la señora Angola, recapacitó y hasta celebró la disposición del gobierno municipal mayamero. Tan es así que publicó un nuevo tuit donde “aplaude la medida”, que incluye hasta citaciones por parte de las autoridades. Esto para quien no porte el nasobuco, como le dicen en Cuba.

En el insólito “universo angolano”, el exhorto de las autoridades venezolanas constituye una represión de la “dictadura”. Pero las amenazas de citación y la calificación de infracción gringas, le parecen plausibles. Difícilmente, pueda existir un ejemplo más gráfico de doble moral.

Por cierto, el uso, o no, de la mascarilla ha sido un tema controversial en los Estados Unidos. Pero ello a nadie debe extrañar, sobre todo cuando su propio presidente, Donald Trump, ha recomendado su gente ingerir o inyectarse cloro para matar al virus dentro del organismo. La locura ha sido tal que no utilización de la mascarilla ha llegado a convertirse en un símbolo de rebeldía y de respaldo a Trump.

Tanto es así que en un reciente acto de proselitismo político, realizado por Trump en un espacio completamente cerrado, una muchedumbre se congregó sin mascarilla. Era una forma de expresar su apoyo al polémico mandatario, quien ha desestimado la pandemia, ordenó la salida de su país de la OMS, y ha hecho burla del tema cada vez que tiene oportunidad.

Recuerda, las mascarillas sí son efectivas, sí son necesarias y sí deben ser usadas cada vez que te desplaces por calles, avenidas y espacios públicos.

 

 

 


 

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