Brasil se aproxima a los 19 mil contagios y a las mil muertes por la Covid-19, producto de la ausencia de tempranas medidas gubernamentales de prevención en un país densamente poblado. Se estima que, de seguir ese ritmo de diseminación de las infecciones, el gigante del sur romperá récord negativo durante este mes de abril.
A pesar de lo que reflejan las dramáticas cifras anteriores, el presidente del país, Jair Bolsonaro, ultraconservador con conductas neofascistas públicas, se ha dedicado a retar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y burlarse de las recomendaciones para evitar la propagación masiva.
Más recientemente el mandatario decidió salir a pasear por las calles de Brasilia. En un vídeo difundido por su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro, se lo ve al Presidente entrar en una panadería, beber café y comer bocadillo, tender su mano y conversar con los trabajadores sin mascarilla protectora. Su presencia provocó una aglomeración de personas, precisamente una de las cuestiones que deben evitarse en tiempos de pandemia global.
Hubo quienes manifestaron su enfado con abucheos y entre otras cosas se oye en el vídeo, junto a cacerolazos, exclamaciones del tipo:
¡Fuera Bolsonaro! y ¡váyase a su casa!
Como otro ejemplo del antagonismo entre modelos de gobierno, que ha dejado en evidencia la emergencia sanitara actual por la rápida propagación del Coronavirus, no pocas veces el ultraderechista Bolsonaro se ha manifestado a favor de la salud de la economía antes que de la buena salud de la población, diciendo que el aislamiento social no es conveniente para el empleo ni el bienestar de las empresas. No obstante, las autoridades locales conscientes de los riesgos, pusieron en marcha limitaciones de circulación en sus respectivos distritos.
Ya el 29 de marzo último el presidente Bolsonaro había hecho lo propio en la capital brasileña. En esa oportunidad hasta fotografías se tomó. Además de las críticas del común, la Fiscalía elevó al Tribunal Federal de Río de Janeiro el pedido de sancionar al mandatario por incumplir con la decisión judicial que prohíbe ir contra el aislamiento social orientado a frenar la pandemia de Coronavirus.
En este contexto, Bolsonaro ha hecho públicas sus discrepancias con el ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, quien ha contradicho la postura del Jefe de Estado y ha pedido a la población respetar las medidas de prevención decretadas por las autoridades estatales. Bolsonaro dijo este jueves en una transmisión de Facebook live: “el médico no abandona al paciente, pero el paciente puede cambiar de médico cuando quiera”, en alusión a la respuesta que dio el ministro Mandetta a los medios cuando fue consultado si renunciaría ante tantas diferencias: “el médico no abandona el paciente”.
