Bloqueo norteamericano a Venezuela: un crimen de lesa humanidad para un cambio de régimen (I)

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Siempre se ha dicho que los pueblos tienen derecho a la autodeterminación. En términos sencillos con esa palabra algo altisonante, se hace referencia a la capacidad de los países de decidir por sí mismos su propio destino. El concepto representa uno de los pilares de las democracias modernas. Pero lamentablemente este valiosa noción ha sido la gran ausente, en un orden mundial donde el más poderoso, siempre se ha visto en la tentación de imponer su propia ley.

Fue la gran tragedia a lo largo de todo el siglo XX y continúa en las primeras décadas del XXI. La nueva centuria y el nuevo milenio abren con varias guerras de invasión (Afganistán, Irak, Libia, Yemen, Siria, Somalia y Pakistán, entre otras). Así como la aplicación o el recrudecimiento de bloqueos, o más bien tenazas financieras, contra varias naciones. En este sentido, Venezuela, Irán y Cuba encabezan una lista larga.

¿Pero por qué ocurren estas agresiones?, la respuesta oficial del denominado establishment puede variar. Se ofrecen motivos tan diversos, como inverosímiles: la lucha contra el narcotráfico, la defensa de los Derechos Humanos, el restablecimiento de la democracia y/o el freno a un Estado forajido, etc. Como se ve, siempre se recurre a causas simbólicamente nobles. No obstante, el verdadero interés de estos ataques, no es otro que la lucha por el control de recursos y áreas geopolíticamente estratégicas, para la potencia de turno, en este caso los decadentes Estados Unidos de Norte América.

Esta política exterior de rapiña tiene dos estrategias básicas, que varían en métodos, pero cuyo esquema central se repite ad infinitum. Se trata del cambio de régimen y la máxima presión.

Investigaciones recientes, definen el “cambio de régimen” como:

«Las maniobras, estrategias y métodos bajos los cuales se persigue un cambio forzado y violento del liderazgo político instituido de una nación extranjera. El compendio de operaciones que se desarrollan para este objetivo puede ser muy variado, apoyándose en operaciones encubiertas ampliamente conocidas en América Latina, como en interferencia directa mediante instrumentos económicos, diplomáticos y comerciales (las “sanciones”), la amenaza del uso de la fuerza o su uso práctico y el apoyo de sectores políticos internos alineados a los intereses geoestratégicos de los Estados Unidos».

Venezuela bajo asedio

Desde el año 2014 a Venezuela le ha tocado enfrentar una feroz agresión que se ha desarrollado de forma ascendente y envolvente. Los EE.UU. han puesto toda la carne en el asador por un cambio de régimen. Hasta ahora van 2 leyes, 7 decretos ejecutivos y 300 medidas administrativas. Todo ese andamiaje «jurídico», ha servido para armar una estructura legal y financiera de asfixia casi total contra nuestra economía.

«El cambio de régimen es una política, una doctrina estratégica de EE.UU., cuando no puede tener relaciones con un gobierno. Cuando un gobierno es soberano y EE.UU. considera que ese gobierno debe responder a sus lineamientos, EE.UU. diseña un conjunto de acciones y estrategias en el tiempo, para producir un cambio de régimen. Para producir un derrocamiento. Le ha pasado a Venezuela, pero acabamos de tener la respuesta del pueblo de Bolivia, que fue la respuesta al golpe de Estado diseñado a través de una política de cambio de régimen», explica William Castillo, viceministro venezolano de Políticas Antibloqueo.

Cayapa criminal 

Y, ciertamente, con el objetivo de dañar a Venezuela, se han nucleado alrededor de EE.UU. un conglomerado de naciones y organismos, como Canadá, el Grupo de Lima, la Unión Europea y organizaciones internacionales, entre otras.

Los blancos del ataque financiero han estado bien definidos: Deuda soberana, deuda de Pdvsa y reservas internacionales del Banco Central de Venezuela. Igualmente, la comercialización de petróleo, el oro, el Petro, la importación de alimentos y el acceso a medicinas. Además el acceso a materia prima y equipos, a sistemas de transporte, a empresas/proveedores de alimentos, barcos y empresas extranjeras. Y sólo en última instancia a personas naturales.

A la fecha se han sancionado hasta 113 funcionarios y sus familias. También 22 personas naturales han sido afectadas, sólo por tener “relaciones comerciales” con el gobierno de Venezuela.

Figuran en esta «lista negra» 41 aeronaves de Conviasa, 15 aeronaves de Pdvsa, 9 empresas venezolanas asociadas al gobierno. Igualmente, 9 empresas del Estado venezolano, 61 empresas extranjeras asociadas con el gobierno, 9 buques extranjeros (iraníes, griegos y empresas de transporte independientes) y 40 buques de PDVSA.

Justificado en las sanciones se puede destruir completamente la economía de un país, rendirlo por hambre, ponerlo de rodillas y luego imponerle condiciones políticas de rendición. Como se le han querido imponer a Venezuela», explicó el viceministro Castillo, en el marco de su exposición «Cronología e impactos económicos del bloqueo a Venezuela. Del cambio de régimen a la máxima presión». Esta clase magistral forma parte de un ciclo de foros y ponencias organizados por la Universidad Internacional de las Comunicaciones (UICOM), vía telemática.

Hacer sufrir a la gente

El presidente norteamericano, Donald Trump, derrotado en las presidenciales, pero que se niega a entregar, no dejaba espacio para las dudas. El jerarca de la Casa Blanca dejaba todo bien claro, en declaraciones ofrecidas el 8 de agosto de 2017. «La gente está sufriendo y muriendo en Venezuela, tenemos muchas opciones en Venezuela, incluyendo una posible opción militar en caso de ser necesario«.

Algunos meses luego el propio mandatario agregaba a través de un comunicado de enero de 2018:

“La campaña de presión contra Venezuela está funcionando. Las sanciones financieras que hemos aplicado han obligado al gobierno a comenzar a caer en default, tanto en la deuda asegurada, como en la deuda de Pdvsa, su compañía petrolera. (…) Y lo que estamos viendo es un colapso económico total en Venezuela. Entonces nuestra estrategia funciona y la mantendremos”.

Nada que agregar. Únicamente que a partir de 2017 en el marco de la estrategia de cambio de régimen se inicia también una fase de máxima presión. Como explica Castillo diseñada por John Bolton y Eliott Abrams; y que ha continuado el experto «en mentir y robar», Mike Pompeo. “Toda la presión sobre la economía venezolana, sobre Pdvsa, sobre la deuda, sobre las finanzas, bloqueemos todo, neguémosle un solo dólar a Venezuela”, señala el viceministro William Castillo.

Y el impacto de esta agresión ha tenido consecuencias nefastas para la economía, tanto a nivel macro (principales indicadores económicos), como en lo micro (día a día de las personas). En la dimensión macro como explica Castillo las cifras verifican un verdadero crimen de lesa humanidad.

Al hueso de la economía

El ingreso en divisas cayó 99% entre 2014 y 2020. De 56 mil millones de dólares que se percibían en 2013, se contabilizan apenas 477 millones a septiembre de 2020. Esto supone que de cada 100 euros o dólares que recibía el país hoy recibimos menos de 1.

“Eso significa una profunda crisis. Hay una crisis que ha impactado para dar los salarios adecuados y respuestas en la magnitud que se necesita para equilibrar el ingreso familiar. (…) Las sanciones llegaron al hueso de nuestra economía, de nuestro sistema fiscal«, advierte Castillo.

Y es que las «bombas invisibles» del bloqueo han dados golpes certeros al corazón de nuestra Casa Matriz. La producción petrolera cayó 68,7% entre 2014 y 2019. Para tener una idea, en 2019 Venezuela produjo cerca de 1,5 millones de barriles de petróleo menos que en 2014.

En 6 años el país perdió cerca de un tercio de la producción. Las pérdidas por caída de la producción petrolera se estiman en 67 mil millones de dólares. Una barbaridad, para un país cuyo ingreso en divisa dependía en un 97% de la comercialización de crudo.

Castigarlos con el voto 

Por supuesto la economía en general se ha visto igualmente impactada. El Producto Interno Bruto (PIB) se desplomó 63% entre 2014 y 2019. El valor de lo producido en 2019 era la mitad de lo generado en 2014. El desempleo, entre 2014 y 2019, también ha subido, producto de las migraciones y el cierre de empresas.

«Nunca Venezuela había sufrido una agresión de esa naturaleza, tan extendida, tan profunda, que hubiera afectado de forma tan dramática sus ingresos y su derecho al desarrollo«, sostiene Castillo.

¿Quién puede dudar que el bloqueo constituye un crimen de lesa humanidad? en el afán de lograr un cambio de régimen. Y estos son sólo algunos aspectos generales de la dimensión macroeconómica. En otro trabajo abordaremos, el impacto dramático en las políticas alimentarias y de salud. La buena noticia es que: hay una forma de castigar este desastre, votando masivamente en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.

Invitamos a esperar la próxima entrega de este minucioso trabajo de investigación.

 

 


 

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