El fracaso de Juan Guaidó se hace cada vez más estruendoso. Un repentino cambio de la política estadounidense hacia Venezuela, lo confirma. Sí, entre gallos y medianoche y casi a regañadientes, la administración de Joe Biden aflojó el bloqueo criminal contra Venezuela. Al menos, en lo concerniente a la emergencia sanitaria por la pandemia de covid-19.
Recientemente se conoció una decisión que sin duda será favorable al titánico esfuerzo desplegado por el gobierno nacional. Se trata de la licencia general 39 del Departamento del Tesoro y su Oficina de Control de Activos Extranjeros. Esta resolución cesa las restricciones para enfrentar la terrible enfermedad en el país.
La medida tendrá una vigencia de un año, a partir del 17 de junio de este 2021. Asimismo, la flexibilización contempla la compra de equipos médicos (ventiladores, tanques de oxígeno, mascarillas, vacunas y hospitales de campaña, entre otros), así como tratamientos.
Cada vez más solo
Este viraje del gobierno norteamericano, por un lado confirma que las mal llamadas sanciones del bloqueo son sádicas y criminales. Esto, porque afectan directamente a la población y no al presidente, Nicolás Maduro y su entorno, como siempre se quiso hacer ver. Pero por otro lado ratifican que Guaidó está cada vez más sólo y fracasado.
Sin embargo, también es cierto que aún persisten las injustas restricciones contra instituciones claves como PDVSA, Bandes y Banco Central. No obstante, Guaidó está cada vez más relegado en el plano internacional. Nadie lo nombra y nadie, que no sea paramilitar, quiere retratarse con él.
Mientras la Casa Blanca afloja la mano asesina en el cuello de Venezuela, el legítimo canciller venezolano, Jorge Arreaza, sostiene reuniones con su par de la Unión Europea, Josep Borrell. Todo indica que el proyecto de la presidencia imaginaria se desintegra.
Zonas de esperanza
Mientras Guaidó se desinfla como una pelota rota, avanza el gran proceso de consulta nacional para el proyecto de Ley Orgánica de Zonas Económicas Especiales. Esta propuesta legal será la piedra angular de un programa de reactivación de la producción interna.
De esta forma, el gobierno nacional se encamina hacia dos grandes objetivos: 1) consolidar la soberanía y la estabilidad política; y 2) superar las secuelas del bloqueo criminal mediante el estímulo de las fuerzas productivas. Se quiere dar un gran salto hacia adelante, para superar definitivamente las rémoras del rentismo petrolero.
El diputado y líder de la juvenil del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Nicolás Maduro Guerra, ha explicado se trata de un proyecto clave. Sobre todo, para acrecentar la confianza y la esperanza en nuestras capacidades productivas. Venezuela se levanta en medio de las adversidades. Y su pueblo sale adelante, en busca de un futuro más hermoso de igualdad, prosperidad e independencia.
