Las diferencias dentro del Partido Demócrata quedaron en evidencia este domingo luego de la renuncia de Joe Biden a su candidatura presidencial, ya que, si bien el actual mandatario sugirió a su vicepresidenta Kamala Harris para sustituirlo, el expresidente estadounidense Barack Obama evitó respaldarla.
Tras conocerse la renuncia de Biden, Obama emitió un extenso comunicado en el que pidió al Partido Demócrata nominar a un «candidato extraordinario» para las elecciones que se celebrarán en Estados Unidos el próximo noviembre.
De esta manera, el exmandatario dejó ver que no respalda la candidatura de Kamala Harris, sino que “confía” en que la elección se lleve a cabo en un proceso abierto y así “surja un candidato destacado”.
«En los próximos días navegaremos por aguas desconocidas, pero tengo una enorme confianza en que los líderes de nuestro partido serán capaces de crear un proceso del que surja un candidato extraordinario», citó el texto de Barack Obama.
Joe Biden has been one of America’s most consequential presidents, as well as a dear friend and partner to me. Today, we’ve also been reminded – again – that he’s a patriot of the highest order.
Here’s my full statement: https://t.co/Bs2ZumFXxe
— Barack Obama (@BarackObama) July 21, 2024
Asimismo, manifestó su gratitud a Biden “por liderarnos tan capaz y valientemente en estos tiempos peligrosos; y por su compromiso con los ideales de libertad e igualdad sobre los que se fundó este país».
Para cerrar la extensa carta, Obama hizo referencia a la Convención Demócrata de agosto, dando a entender que ahí se definirá la candidatura del partido.
La Convención Demócrata se llevará a cabo entre el 19 y 22 de agosto en Chicago, ahí oficializarán quién será el candidato definitivo del partido.
Barack Obama no es el único dirigente demócrata que no ha apoyado la decisión de respaldar a Kamala Harris como sucesora de Biden. A él se suman portavoces en el Senado y la Cámara de Representantes.
La realidad es que el camino de Kamala Harris para convertirse en la candidata demócrata no es fácil, aunque cuente con el apoyo de Biden y de los Clinton, porque de esta manera solo suma el respaldo de los delegados de California y el Caucus Afroamericano del Congreso.
Además, que cuente con el respaldo de Joe Biden no significa que tenga el de sus delegados. Por lo que tendrá que convencer a la facción de Obama y a la izquierda, que siempre nombra a su propio candidato.
Sumado a que la vicepresidenta no logra empatía con la clase trabajadora independiente de los estados industriales, tiene dificultades para comunicarse con el electorado hispano y es probable que le cueste convencer a la comunidad afroamericana, que está cómodo con las promesas de los republicanos.
De manera extraoficial circula que en la Convención de Chicago, Harris podría competir con dos candidatos de peso: el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker y la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer.