Tras 21 días desde que entró en erupción el volcán Cumbre Vieja, su actividad mantiene en zozobra a los habitantes de en la isla de La Palma; ubicada en el océano Atlántico, perteneciente a España como parte de la Comunidad Autónoma de Canarias.
Este fin de semana nuevamente le dieron la vuelta al mundo imágenes asombrosas que muestran el poder que tiene la estructura geológica. Su impacto ha afectado tanto su zona geográfica inmediata como a otros países cercanos, por la emisión de sustancias tóxicas que viajan miles de kilómetros.
Por ejemplo, la isla de Cuba es una de las naciones que se ha mantenido en alerta, por la llega de concentraciones del denominado polvo del Sahara; así como por la presencia de dióxido de azufre y cenizas volcánicas que se producen en las constantes emisiones de Cumbre vieja.
La incidencia de los vapores y partículas que vuelan desde La Palma también representan un riesgo para el resto de la región caribeña.
ATENCION CARIBE | Las partículas de ceniza del volcán de cumbre vieja actualmente se sitúan en Puerto Rico,ahora en horas de la madrugada ya estaría por sobre el oriente de #Venezuela y República Dominicana. pic.twitter.com/V4HiPa5VZk
— ?????????????? (@EarthquakeChil1) October 3, 2021
Además, los pronósticos que emiten los centros especializados en estudios sísmicos y geológicos apuntan a que se mantendrá la actividad de acuerdo a las proyecciones iniciales, a juzgar por la intensidad de «tremor» o temblor que se genera a causa del volcán y la potencia en las erupciones que se observan posteriormente.
Poder destructivo
Con 3 semanas de actividad intensa, el volcán Cumbre Vieja ha destruido casi 500 mil hectáreas de terreno, 1.186 casas y edificios. Además, causó el bloqueo de 38.3 kilómetros de vías que conectan las diferentes localidades.
Por otra parte, las erupciones producen daños considerables sobre la actividad agrícola que se desarrolla tradicionalmente en regiones como El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte. Por esa razón, las autoridades también evalúan alternativas que permitan mantener el riego, a fin de que no se pierdan en su totalidad los cultivos.
El gobierno español declaró la isla como zona catastrófica la semana pasada y aprobó, inicialmente, 10.5 millones de euros para comprar y rehabilitar viviendas, además de adquirir enseres para las familias afectadas.
