Asesinato de la dictadura de Jeanine Áñez a dirigente minero genera conmoción en Bolivia

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En la recta final de la dictadura boliviana, el régimen de facto se sigue cebando con la vida de sus adversarios. Esta vez se cobró la vida del dirigente minero Orlando Gutiérrez, el presidente de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia.

Este líder fue uno de los más aguerridos dentro del país en contra de la dictadura de Áñez. Su determinación le hizo ganar la admiración de sus colegas y el encono de sus enemigos, quienes literalmente le querían muerto, hasta que lo consiguieron.

La semana pasada, Orlando Gutiérrez sufrió un atentado al salir de un bar en la ciudad de La Paz. De acuerdo a las versiones que trascendieron, una banda de paramilitares lo interceptó y le golpeó varias veces en la cabeza con la clara intención de asesinarle; pero consiguió sobrevivir unos días.

El dirigente minero llegó malherido a un hospital de la capital, en donde estuvo internado hasta este miércoles 28 de octubre, cuando se confirmó su muerte.

Determinación criminal

El asesinato de Orlando Gutiérrez se parece a la revancha de la derecha que se retira herida del gobierno, pero no vencida del todo.

Gutiérrez es la baja más notable entre los líderes de la resistencia boliviana; y su asesinato revela el alcance de las intenciones de la extrema derecha del país por desbaratar al movimiento popular y progresista, así sea con sangre.

Una vez se confirmara el triunfo de Luis Arce, Orlando Gutiérrez celebró la victoria popular asegurando que el resultado del 18 de octubre se consiguió con conciencia colectiva; y remarcó que “con el pueblo no se juega”.

Durante su breve declaración replicada en redes sociales, denunció que el gobierno de facto habría empezado a sacar armas a las calles para equipar a sus grupos de choque; sin sospechar siquiera que él sería uno de los primeros objetivos de estos grupos que operan con la convicción radical de que son la opción política correcta para Bolivia.

La muerte de Orlando Gutiérrez fue un suceso comentado en las redes sociales, pero deliberadamente ocultado por los grandes medios. Su asesinato, que es un claro indicio de la determinación criminal de la derecha, es disimulada con el silencio.

Militante del proceso de cambio

El expresidente Evo Morales lamentó la noticia del asesinato de Orlando Gutiérrez con “un profundo dolor”; y le reseñó como un militante del Proceso de Cambio. Mientras tanto el Presidente electo Luis Arce expresó su pesar describiendo al dirigente minero como un defensor de los intereses del pueblo boliviano.

El caso de Gutiérrez es ya percibido en el entorno progresista como la advertencia mortal de la derecha en contra del gobierno de Arce que todavía no se instala. Y al mismo tiempo es la revelación del peligro que todavía medra en Bolivia; un país expectante ante el regreso de Evo Morales, cuya vida correría peligro.

 


 

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