En vías a concretar una acción que la izquierda en Brasil califica como “amenaza a la soberanía nacional”, el Congreso de ese país aprobó la Ley que contempla la privatización de Electrobras, la gigantesca empresa de energía.
La semana pasada, Jair Bolsonaro aseveró que la República Federativa de Brasil sufriría un “caos” energético si la propuesta no recibía la aprobación. Además, se conoció que el mandatario brasileño aspira que su administración obtenga 11.800 millones de dólares con la venta de acciones.
La Cámara Baja del senado informó que con la medida, aprobada con 258 votos a favor y 136 en contra; el Gobierno Federal perderá el control de voto que hasta ahora tenía sobre la compañía que genera 30% de la electricidad de la nación y es la más grande de América latina en generación de electricidad.
“Achicar el Estado y disminuir su tamaño, para que la economía pueda dar la respuesta que la sociedad necesita”, fue la justificación que expuso Jair Bolsonaro cuando presentó el proyecto de Ley para la privatización.
Ganancia y riesgo para Bolsonaro
Recientemente, trabajadoras y trabajadores de la estatal Electrobras mantuvieron una huelga de 72 horas, en rechazo al proceso de privatización que impulsó el presidente Bolsonaro; a quien responsabilizan por al eventual aumento en tarifas del servicio y la posibilidad de que se produzcan más apagones en la nueva etapa.
Además, se suma a esos reclamos la disconformidad por el riesgo contra la soberanía nacional que implica la venta de una compañía estratégica. Por tal motivo, también alzaron su voz representantes del Partido de los Trabajadores (PT) y del Partido Socialismo y Libertad (PSOL); los cuales lanzaron la consigna “La privatización es mala para Brasil y para tu bolsillo”.
Por otra parte, la opinión pública observa cuál será el destino del programa de privatizaciones que promueve Bolsonaro e incluye a cerca de 100 empresas. Hasta ahora, la venta de compañías estatales no ha tenido el resultado rápido que esperaba el gobernante; debido a la crisis en la que cayó su país, luego de un manejo inapropiado de la pandemia por covid-19.
El mes pasado, el líder brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, señaló que la venta de Electrobras constituye un nuevo crimen contra el pueblo brasileño, por parte del gobierno de Bolsonaro. Igualmente expresó que ese acto pone en riesgo la seguridad energética y la soberanía de Brasil.
