Antifa, ¿una amenaza para la supremacía blanca?

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El surgimiento de la ideología fascista está vinculado al inicio y profundización de la crisis general del capitalismo. A principios de los años 1920 se instauró el fascismo en Italia. Años más tarde, en 1933, con la llegada al poder del nazi Adolfo Hitler, quedó establecido en Alemania.

El líder del fascismo alemán, Hitler, en su obra “Mi lucha”, expresó con claridad las ansias imperialistas de la Alemania fascista, cuando manifestó: “La adquisición de nuevos territorios colonizables, para el excedente de nuestra población, ofrece infinidad de ventajas…”.

Mussolini y Hitler

El fascismo es la dictadura brutal y sangrienta de los sectores más reaccionarios del capital financiero, se caracteriza por anular todo tipo de libertades y derechos que posee el hombre, además de establecer una agresiva represión dirigida principalmente contra el movimiento obrero y los luchadores comunistas.

En el Informe del Comité Central al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba se expresó que: “El fascismo fue la respuesta ideológica y política del capitalismo al leninismo. Victorioso en Hungría, Italia y Alemania, donde ahogó en sangre al movimiento obrero, se hizo sentir en todas partes donde las clases explotadas amenazaban el dominio de la burguesía” (Fidel Castro, 1975).

Ante el avance del fascismo en 1930 se levantó un sólido movimiento de rechazo a nivel internacional. Así, el movimiento antifascista nace de la resistencia a Mussolini y Hitler en Europa durante las décadas de 1920 y 1930, y este movimiento aparece ahora en los titulares en medio de la oposición a la administración Trump y a la derecha.

Expresiones del movimiento antifascista en el mundo

Las primeras manifestaciones de rechazo al fenómeno social del fascismo se expresaron desde los años 1920, cuando tomó auge la vertiente de la sociedad más solidaria y progresista contra las primeras organizaciones de corte militarista y de derecha en Europa que representaban los intereses más reaccionarios del capital financiero internacional.

Durante los meses de julio y agosto de 1935 se efectuó el VII Congreso de la Internacional Comunista, donde se decidió la formación de un Frente Unido de los pueblos y los trabajadores contra el fascismo. Rápidamente cobró gran fuerza el movimiento antifascista a escala mundial:

1) 1936-1939: Del alzamiento militar fascista de Francisco Franco en julio de 1936 contra la República española, apoyado por la Alemania nazi y la Italia fascista surgió, una ola de movimientos de solidaridad internacional de todas las fuerzas progresistas del mundo con la España republicana (uno de los más amplios de la historia de la humanidad). El pueblo español, respondiendo al llamado del Partido Comunista y las demás organizaciones del Frente Popular, tomó las armas en defensa del régimen democrático de la República y de la independencia nacional de España. Comenzó de esta forma la guerra revolucionaria contra el fascismo, que duró de 1936 a 1939.

2) 1939-1945: En este periodo ocurre la agresión a Polonia de parte del bloque de países nazi fascistas (1ro. de septiembre de 1939), que desencadenó la Segunda Guerra Mundial. Ya para agosto-septiembre de 1945, se da la rendición primero del régimen nazi (que trajo el terrible saldo de más de 50 millones de muertos y millones de heridos, mutilados, desaparecidos) en Alemania y luego del sistema militarista japonés. En este acontecimiento, las fuerzas antifascistas lograron un triunfo de carácter histórico universal.

Mauthausen era un campo de concentración nazi. Allí fueron internados 7.532 españoles hasta comienzos de 1945. Foto de la liberación de Mauthausen, el 5 de mayo de 1945

3) Con el fin de la guerra renació el ambiente democrático a escala mundial. Las fuerzas progresistas avanzaron hasta la toma del poder en varios países de Europa, Asia, África y América. Se estableció un nuevo compromiso de extirpar para siempre el peligro de las guerras y de la amenaza del fascismo.

Antifa en Estados Unidos

Acontecimientos sociales más contemporáneas de lucha contra el fascismo también se muestran en Estados Unidos con los movimientos Antifascistas (denominados Antifa). “Aunque la historia del antifascismo se remonta a hace 100 años, con Hitler, Mussolini… la palabra Antifa surge después de la Segunda Guerra Mundial en Europa y después en los Estados Unidos, y ha pasado a designar una tendencia dentro del amplio movimiento antifascista en la que distintas personas se unen en la lucha común contra la extrema derecha a través de la acción directa, evitando recurrir a la policía, al Estado o a los cuerpos de seguridad”, explica el historiador Mark Bray, autor en 2017 de ‘Antifa. El manual antifascista’.

El movimiento Antifa es más bien una amalgama de grupos que una organización con líderes o estructura jerárquica; los grupos tienen como objetivo negar a los fascistas la oportunidad de promover su política opresiva y proteger a las comunidades de los actos de violencia promulgados por el fascismo. Respecto a la orientación política según el manual «Formar un grupo Antifa», la mayoría de los activistas en EE.UU. son anarquistas, aunque algunos son maoístas o marxistas antiestatales.

Un manifestante con una bandera Antifa sobre sus hombros se encuentra en una manifestación para exigir justicia para George Floyd y el apoyo del movimiento Black Lives Matter en Boston el 31 de mayo. (Foto de Matthew J. Lee / The Boston Globe a través de Getty Images)

Los Antifa creen en la acción ­directa contra el autoritarismo, la homofobia, el racismo o la xe­nofobia. «Aparte de seguir y combatir a los fascistas y los supremacistas blancos, es su elección en lo que su grupo quiere centrarse. Algunos grupos antifas prestan un nivel de atención diferente a otras fuerzas radicales de derechas, como el movimiento anti-inmigrante, el movimiento Patriot y milicia, Islamofóbicos, activistas por los derechos de los hombres, organizadores homofóbicos, etc. Hoy en día, esto es común para Black Lives Matter y activismo contra la opresión policial de la comunidad negra, los movimientos de inmigrantes y refugiados, el trabajo con prisioneros, y el trabajo solidario con el pueblo Curdo de Rojava», reza el manual.

Historia de este movimiento

En el texto de Antifa, Mark Bray define 3 periodos diferenciados de la lucha antifascista: el primero hasta 1945, el segundo hasta 2003 y, el tercero, en la actualidad.

En la historia reciente de EE.UU. se registran algunos episodios que marca la aparición de los grupos Antifa:

1- Durante las protestas contra oradores de extrema derecha (ultraderecha) en los campus universitarios de California en los últimos años.
2- Organizando contramanifestaciones como la de Charlottesville en el 2017, en la que un ­racista mató a una mujer y causó una veintena de heridos al arrollar con su vehículo a una multitud. En ese momento, los Antifa estaban protegiendo, entre otros, al filósofo estadounidense Cornel West y un grupo de ministros religiosos de la violencia neonazi en las calles de Charlottesville.

En la marcha “Unir a la derecha” en Charlottesville, además los supremacistas blancos lesionaron a muchas más personas con palizas por toda la ciudad, los pacifistas progresistas y cristianos tuvieron el valor suficiente de resistir a los miembros del Ku Klux Klan y neonazis. A raíz de los trágicos acontecimientos, Donald Trump se niega a denunciar a los nacionalistas blancos. Detrás de todo esto, el movimiento Antifa aparece de repente en todas partes.

Sin embargo, en esos hechos violentos los grupos supremacistas blancos y derechistas recibieron ligeros cargos de «agresión» por disparar contra manifestantes, como en Seattle. Además, policías de California fueron sorprendidos trabajando junto a neofascistas para identificar, acusar y atacar a manifestantes antirracistas.

Por otra parte, el 20 de enero de 2017 cerca de 230 personas fueron arrestadas durante las manifestaciones contra la toma de posesión de Donald Trump, racista y misógino declarado con vínculos con grupos fascistas. En esa ocasión la policía cercó una protesta antifascista, rodeando una manzana y arrestando a todos a los que pudieron ponerle las manos encima. Todos los que quedaron fueron acusados de organizar una conspiración y llevar a cabo disturbios.

Los manifestantes durante una marcha en Washington como muestra de descontento ante la investidura de Donald Trump

Allí se marcó un precedente legal para el establecimiento del «castigo colectivo». Según el fiscal y los policías, cualquiera que participó en una protesta anarquista era parte de una conspiración y responsable de cualquier daño ocurrido al lado o cerca de la protesta.

Los manifestantes estaban a escasos metros del acceso público al amplio perímetro de seguridad levantado varias manzanas alrededor de la Casa Blanca

Actualmente, EE.UU. lleva 14 días sumido en la que podría considerarse la mayor revuelta social de su último medio siglo de historia: una oleada de protestas por el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de la policía en Minnesota, que sigue aumentando en intensidad a pesar de la imposición del toque de queda y la amenaza de Trump de desplegar el ejército.

Los grupos Antifa han sido señalados por el presidente Donald Trump como responsables de las masivas manifestaciones en el país, negando la responsabilidad de la actuación racista sistemática de los agentes de seguridad de EE.UU. Así, el 31 de mayo de 2020 el mandatario estadounidense anunció a través de su cuenta Twitter, que “los Estados Unidos de América designarán a ANTIFA como organización terrorista.”

No obstante, para Mark Bray «Antifa no es un grupo unitario, como ha afirmado Trump”, sino que se trata de un “tipo de política” que se estructura a través de distintos círculos “autónomos y descentralizados”, de los que existe un número indefinido no solo en Estados Unidos y Europa, sino también en otras partes del mundo. Con este movimiento horizontal y minoritario “resulta complicado concretar hasta qué punto están involucrados en las protestas, porque no publicitan sus actividades y es difícil conocer cuántos miembros los componen”, apunta.

Lo que Trump se niega a reconocer es que la mayor parte de las personas que marchan por las calles de decenas de ciudades de EE.UU. son individuos que no pertenecen a ningún movimiento ni ningún partido sino que manifiestan su indignación ante el racismo sistémico en el país. De hecho, se ha catalogado como una protesta de Black Lives Matter (las vidas negras importan) que es una organización específica pero también un término que se aplica más ampliamente para describir el movimiento relativamente reciente en contra de que la policía asesine a afrodescendientes.

En este sentido, aunque no se pueda cuantificar la implicación de los Antifa en las actuales protestas de EE.UU. no significa, en todo caso, que no estén presentes entre los manifestantes.

El ingreso como miembro de los grupos Antifa suele ser reducido como medida preventiva para evitar ser infiltrados por la policía, no es algo que esté diseñado para ser una «política de masas”, de hecho hay algunos grupos que, para evitar ser infiltrados, no aceptan nuevos miembros.

Entretanto, según un informe de situación interno del FBI obtenido exclusivamente por el medio The Nation indicó que la Oficina de Campo del FBI en Washington «no tiene inteligencia que indique la participación / presencia de Antifa» en la violencia ocurrida el 31 de mayo durante las protestas en el área de DC por el asesinato de George Floyd.

El informe, marcado «Solo para uso oficial» (FOUO) se titula «Disturbios civiles en Washington AOR [Área de responsabilidad] tras la muerte de George Floyd». La referencia del informe a «CHS» sugiere que la Oficina posee informantes secretos que participan en las protestas.

El FBI ha estado emitiendo tales informes diariamente desde el fin de semana, según una fuente de la Oficina, que agregó que ninguno de estos documentos contenía ninguna evidencia de violencia Antifa; y por el contrario sugiere que los temores sobre tales grupos pueden ser exagerados.

Además, el documento advirtió que las personas de un grupo de medios sociales de extrema derecha habían «llamado a provocadores de extrema derecha para atacar a agentes federales, usar armas automáticas contra los manifestantes».

Entretanto, la representante demócrata Alexandria Ocasio-Cortez expresó a través de su cuenta Twitter: «He cuestionado el FBI en el Congreso por qué no usan etiquetas de terror doméstico para grupos de supremacía blanca. Testificaron que la ley impide etiquetar a los grupos estadounidenses como terroristas, con graves preocupaciones por las libertades civiles. ¿Dónde está esa preocupación hoy?».

Igualmente, Ocasio agregó «Repetidamente me dijeron que esta era una línea que no se puede cruzar a pesar de la violencia clara y selectiva en la que participan los supremacistas blancos, porque los riesgos para las libertades civiles eran demasiado grandes. El doble estándar nos está mirando fijamente». AOC hizo un gran punto sobre la violencia supremacista blanca y la etiqueta de terrorismo».


 

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