El gobierno del Reino Unido advirtió este lunes que podrían volver al confinamiento total, si los contagios de coronavirus siguen aumentando como viene pasando en los últimos días.
Las autoridades sanitarias del país le dibujaron a la gente el panorama sombrío de 50 mil casos diarios en octubre si no se hace nada para detener la tendencia actual, que desde el 19 de septiembre, ya viene reportando más de 4 mil casos por jornada.
Para poner el futuro más crudo, el gobierno del Reino Unido estimó que por el camino que van, al menos en el mes de noviembre pudieran estar contando en promedio 200 fallecidos por día.
Chris Witty, el jefe de asesores médicos de la administración de Boris Jhonson dejó claro que el panorama será complicado al menos hasta el primer trimestre del próximo año: “En los próximos 6 meses tenemos que estar preparados para enfrentar significativas restricciones”, dijo el funcionario.
Por su parte el ministro de salud, Matt Hancock, apeló a la conciencia de las personas ante la inminencia de un futuro difícil: “Si todos respetamos las reglas podemos evitar un confinamiento nacional. Pero si esto no sucede, tenemos que estar preparados a hacer lo que sea necesario”.
Opción radical
Este “hacer lo que sea necesario” es el confinamiento total del país; una respuesta que en metáfora militar describió Boris Jhonson como la opción nuclear o “botón rojo”; ese que se aprieta en caso de extrema emergencia, algo que el coronavirus está dibujando en clave crisis sanitaria.
Mientras esto pasa, el gobierno del Reino Unido ya empieza a aplicar algunas restricciones en el norte del país, las cuales buscan evitar llegar al escenario más extremo. Estas medidas consisten en la prohibición de socializar con gente ajena en las viviendas; limitar el viaje en transporte público y el cierre de los lugares de ocio a las 10 de la noche.
Esto no sucede en Londres, pero las autoridades locales dicen que la capital está a 2 semanas de que la pandemia sea tan grave como en el resto del país; complicando a una nación que enfrenta la contracción económica más aguda de Europa y en medio un divorcio problemático con Bruselas.