A 7 años: juventud y guarimbas

Este jueves 12 de febrero de 2020, a propósito del Día de la Juventud, que conmemora la Batalla de La Victoria al mando de José Félix Ribas, en la que lucharon jóvenes inexpertos, la mayoría seminaristas y estudiantes de la Universidad de Caracas, también se recuerda los hechos suscitados en 2014 durante las denominadas: “Guarimbas”.

Es necesario traer a colación el tema, pues también estos hechos iniciaron en febrero 2014. Una ola de “protestas estudiantiles”, luego se convirtió en violentas manifestaciones, infundadas en el discurso de odio.

Juventud, carne de cañón

La extrema derecha venezolana liderada en ese momento por Leopoldo López, llamó a la operación “La Salida” para derrocar el gobierno del presidente legítimo Nicolás Maduro y con ello poner fin a la Revolución Bolivariana. Tras una orden de aprehensión, López “se entregó” a la justicia; sin embargo las acciones violentas escalaron y empeoraron.

Una juventud con ansias de “un cambio, salió a las calles luego del llamado de su “máximo líder” a enfrentarse contra la fuerza pública y contra todo lo que le impidiera alcanzar su objetivo.

Encuentros clandestinos, preparación de armas caseras con explosivos, construcción de barricadas, ejecución del plan. Jóvenes con sueños, quizá, truncados y abandonados por quienes los ilusionaron con y prometieron un “país mejor” si no desamparaban la lucha. El discurso liberal, se fue convirtiendo en uno de odio para acabar con el chavismo y su fuerza, articulándose con la violencia para exterminar la idea de todo aquello que tuviera que ver con izquierda, igualdad, progresismo y chavismo. Todo, al final, para complacer los intereses de la dirigencia derechista que aspiraba llegar al poder a costa de todo, incluso de vidas.

Los muertos olvidados

Fallecieron 43 personas y resultaron heridas al menos 800. Los muertos de las guarimbas, quedaron pintados en la pared y hasta en las carreteras (literalmente). Los políticos de la extrema derecha, luego de sus numerosos llamados a la violencia, alimentados de su ego intransigente; solo lamentaban las muertes a través de las redes sociales.

Se registraron al menos 2000 personas detenidas, solo el 30% eran estudiantes, lo que pone en cuestión el concepto principal de la lucha que iniciaron como “movimiento estudiantil”. Ningún dirigente de la oposición asumió ni se responsabilizó por los hechos.

La mentira mediática

Además de los actos violentos, medios de comunicación de masas nacionales e internacionales, también fueron escenarios de las arremetidas de la oposición contra el pueblo y el Gobierno Bolivariano. Y ni hablar del bombardeo en redes sociales. Respecto a esto, las autoridades denunciaron una serie de imágenes manipuladas y tergiversadas por la mediática internacional que intentó hacer creer en el exterior, que en Venezuela había represión y no había libertad de protesta.

Al guarimbero: “Le gusta el color negro y está a favor de radicalizar la protesta y continuar la violencia con su máscara de anonymous. Tiene muy arraigado el discurso anticomunista, antiprogresista y de odio y así aboga por una salida rápida. No debate, da órdenes y se va a la acción sea cual fuere el costo. Denigra de todos los que no lo acompañan, sea de la tendencia que sea.

Guarimbas mortales

Con la quema de centros de salud, universidades y casas de estudios; unidades de transporte público y centros de distribución de alimentos, las guarimbas provocaron una alta división en la oposición. Las barricadas en zonas de clase media, puestas por los propios vecinos ocasionaron malestar común, estas condicionaban el paso, sobre todo en horas de la noche.

El agotamiento y la desilusión se unieron para poner fin a la violencia que atentó contra la paz en Venezuela por más de 5 meses y que además ultrajó a miles de venezolanos. Una juventud engañada por sus dirigentes es, hoy por hoy, la que no se siente identificada con ninguna tolda política.

 

 


 

Daniela Jiménez: