Venezuela continúa siendo blanco de ataques de todo tipo, en el marco de las maniobras que incluyen la llamada guerra de cuarta generación que es aplicada contra el país; en la búsqueda de provocar la caída del gobierno nacional.
Esto forma parte de la estrategia en la apropiación de los recursos energéticos que ansía el sistema capitalista para sobrevivir.
No es pequeño el enemigo que enfrenta la Patria de Bolívar.
Sin embargo, han sido muchos intentos que no han alcanzado el objetivo; pero que sin duda han afectado las condiciones materiales y subjetivas del pueblo venezolano.
La banda criminal que se apoya bajo la mirada de un conglomerado del poder extranjero que incluye gobiernos, transnacionales y capital financiero (proveniente de distintas fuentes); bajo la banda de un “gobierno interino”, busca de manera sistemática generar violencia y terrorismo en Venezuela, por la vía que sea necesaria.
Nuevo ataque contra la industria petrolera
En este contexto, el pasado 27 de octubre sucedió un hecho importante. La planta número 4 de la refinería de Amuay, parte del Centro Refinador de Paraguaná (CRP) ubicado en el estado Falcón; sufrió un atentado que buscaba afectar la producción de gasolina en el país.
Este ataque tiene un nuevo elemento. Posiblemente se realizó con un misil a distancia, lanzado desde un dron o embarcación de guerra.
Las investigaciones avanzan para determinar si esta ha sido la causa. De ser así, se trata de una escalada en el conflicto que suma mayores niveles de violencia; al atacar directamente puntos estratégicos del país con armamento de este tipo.
EE.UU. y Colombia impulsan una vez más conspiraciones contra Venezuela, al estar implicados en el ataque, según lo manifestó el presidente Nicolás Maduro:
«No tienen límites éticos o morales quienes dirigen a Colombia, atacar a una refinería…no tienen límites Álvaro Uribe e Iván Duque, que están detrás de estos ataques junto a organismos de inteligencia de EE.UU.»
El 11 de septiembre fue capturado un estadounidense llamado Hill Jhon, portando armamento tipo lanza granada (AT4) y material explosivo, tipo C4, teléfonos satelitales y otros armamentos de guerra.
En total se han registrado además, 87 ataques al sistema eléctrico en el estado Falcón con la finalidad de afectar los servicios industriales.
¿Por qué continúan los ataques contra Venezuela?
La llegada de la Revolución Bolivariana significó la declaratoria de guerra permanente por parte de Estados Unidos, al perder su dominio absoluto sobre los recursos del país. Esta guerra ha tenido diversas características y episodios.
El capitalismo como modelo de producción a nivel mundial se sustenta en el consumo de petróleo a gran escala. Esta es su principal fuente de energía.
A partir de la Revolución Industrial, con el descubrimiento del carbón y otros combustibles fósiles, comienza el despliegue mundial de fuerzas con el fin de implantar en el mundo un modelo de “desarrollo” sostenido en el consumo de las fuentes energéticas del planeta.
Este modelo se expandió de manera violenta con la invasión y repartición de territorios en el siglo XIX por las grandes potencias europeas, convirtiendo a América Latina en centro de la pugna entre estas y EE.UU. por establecer zonas de influencia.
De aquí nace en 1823, la Doctrina Monroe bajo la cual EE.UU. se abroga el derecho de dominación sobre los países del Sur de América; doctrina que se enfrentó con el pensamiento y acción de Simón Bolívar, quien planteó en 1818:
“Cuando el triunfo de las armas de Venezuela complete la obra de su independencia o que circunstancias más favorables nos permitan comunicaciones más frecuente y relaciones más estrechas, nosotros nos apresuraremos con el mayor interés a entablar por nuestra parte el pacto americano que formando todas las repúblicas un cuerpo político, presente la América al mundo un ejemplo de majestad y grandeza...” (Blanco, 1983,p.155).
El petróleo ¿energía inagotable?
El petróleo como principal fuente de energía tiene dos características esenciales que deben atenderse para comprender el movimiento de la geopolítica mundial: en primer lugar no se encuentra en todos los países del mundo; en segundo lugar, es un recurso no renovable, es decir, en algún momento se va a acabar y las reservas de este combustible actualmente están en niveles de agotamiento preocupantes.
Las principales fuentes de energía que se consumen en el planeta son petróleo, gas y carbón, con un 86% del consumo total.
Según el informe anual del año 2010 de la Agencia Internacional de Energía, el agotamiento del petróleo comenzó en el año 2005, y el del conjunto de energías no renovables (petróleo, gas natural, carbón y uranio) en 2018; es decir a partir de ese momento comienza el agotamiento progresivo de las energías existentes en el planeta.
La Revolución Bolivariana en la geopolítica mundial
La llegada de Hugo Chávez al poder en Venezuela puso en jaque la dominación de EE.UU. en la región.
Las puertas del siglo XXI para América Latina se abrieron con la batalla por la construcción de un mundo multipolar en la que Venezuela y otros países suramericanos entraron como bloque de poder.
Por primera vez en la historia mundial, Venezuela comenzó a tener voz propia en el ámbito de las relaciones internacionales.
Esta voluntad de defender la soberanía nacional impactó directamente en las relaciones con EE.UU.; acostumbrado a tener el monopolio del acceso al petróleo venezolano en condiciones paupérrimas para el país, que sólo obtenía el 1% de las regalías por la explotación de sus pozos.
La promulgación de la Ley de hidrocarburos como parte de las leyes habilitantes en el año 2001 provocaron el golpe de Estado de abril de 2002 y posteriormente en diciembre del mismo año, el golpe petrolero que paralizó a la empresa Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA) en su totalidad.
Por otra parte, la política exterior de Hugo Chávez sustentada en la construcción de un mundo multipolar permitió diversificar la participación de países del mundo en la producción y venta de petróleo.
Elecciones parlamentarias en el panorama
Desde entonces, han sido incansables los intentos de derrotar la Revolución Bolivariana a través de la violencia y con participación directa de Estados Unidos y otros países en todas las operaciones ejecutadas.
En el contexto de proximidad de las elecciones parlamentarias en Venezuela, este tipo de acciones se elevan puesto que es necesario derrotar la vía pacífica, pues para los actores extranjeros que se suman en esta jugada, no se trata de un debate de ideas que pueda solventarse a través del voto.
Se trata de arrebatar los recursos energéticos del país para continuar alimentando al capital financiero mundial. En esto no hay tregua.
Las fuerzas que apuestan al diálogo, al crecimiento nacional, a un proyecto de Patria; deben unirse para derrotar las intenciones de implosionar al Estado venezolano.