La vocación estadounidense por ser los primeros en todo los está llevando al colmo de ser también los primeros en el contador de la pandemia. Sin frenos, se ha posicionado en el tope.
En cuestión de horas pasarán seguramente los 6 millones de contagios de coronavirus en el país. Y la afirmación no es una especulación traída de los cabellos, tomando en cuenta que si este miércoles tienen más de 5 millones 967 mil casos y reportan más de 30 mil contagios por jornada, esto colocará a EE.UU., al menos este jueves, como el primer país en llegar a ese tope.
Pero además del saldo de contagios, los norteamericanos también son los líderes en el contador de víctimas. Hasta este 26 de agosto ya registran casi 183 mil fallecidos, una cifra que ya hemos dicho antes equivale a 3 guerras de Vietnam para ese país.
Lo dramático de esta comparación es que durante la guerra, ese país perdió casi 60 mil soldados en 15 años de conflicto, mientras que las víctimas de la pandemia son el resultado de 8 meses sin disparar un tiro.
Las debilidades de una potencia
La crisis del coronavirus puso de relieve el vulnerable sistema de salud de la potencia que invierte más miles de millones de dólares en gastos de defensa.
La enfermedad puso de rodillas en la realidad a la ciudad de Nueva York, esa misma que el cine pone de escenario de los grandes desafíos de la humanidad en donde EE.UU. con sus Vengadores siempre vence.
El coronavirus ha demostrado que la fantasía del cine que potencia la imagen de un país poderoso no alcanza para vencer los retos vitales que comprometen la existencia de la gente.
Además, la pandemia ha revelado que la compasión de su Presidente sólo contempla la crisis sanitaria como un negocio en el que busca minimizar las pérdidas a un margen “aceptable” de hasta 200 mil muertos para decir con satisfacción que han salido “bien librados de la pandemia”.
La estadística del coronavirus
En la actualidad 3 estados de EE.UU. sin frenos han superado el contador de los 600 mil contagios, rebasando a países como Perú, México y Colombia. Esas entidades son California, Texas y Florida respectivamente; y entre todos superan ligeramente los más de 32 mil fallecidos en Nueva York, que fue en donde la pandemia se afincó con su saldo más mortal.
Al mismo tiempo la determinación estadounidense por ser primeros no contó que les pudiera costar quedarse sin espacios para almacenar a los muertos y enterrarlos.
Para ello desplegaron una logística de cavas móviles y entierros en fosa comunes, para en una especie de metáfora, esconder el polvo bajo la alfombra.
