A pesar de padecer un bloqueo férreo impuesto por gobierno de los Estados Unidos, Venezuela hoy supera al resto de las naciones de latinoamericana en su empeño por contrarrestar los efectos de la pandemia.
Hasta la fecha, la nación ha realizado 1.630.081 pruebas diagnósticas en todas las regiones de país; con énfasis en los territorios donde se han registrado los brotes más importantes.
Conforme a esto, los test se aplican de forma gratuita y como parte del despistaje masivo; en visitas casa por casa que diariamente hacen 14 mil brigadas médicas.
De esta manera, se logra la detección temprana, el aislamiento y la aplicación de los tratamientos correspondientes en estadios tempranos de la enfermedad viral.
Pero ¿Cómo es posible que una nación asediada económicamente cuente con los insumos y medicamentos necesarios?
Después del inicio de la Revolución Bolivariana; el país diversificó sus relaciones económicas, políticas y diplomáticas; siempre enmarcadas en el respecto mutuo, la solidaridad y el principio de ganar-ganar.
Sin embargo, esto no es congruente con el accionar imperialista de los Estados Unidos; que a partir de ese momento, comenzó a propinar ataques a la nación suramericana. En efecto, estas agresiones han ido en ascenso, siendo la administración de Trump la más agresiva.
Por consiguiente, en los últimos años, la persecución económica ha impedido al Estado venezolano comercializar libremente con naciones y empresas del mundo bienes y servicios fundamentales para atender a sus ciudadanos.
Durante la pandemia del covid-19, se han puesto a prueba las relaciones de hermandad y solidaridad que Venezuela ha cosechando con potencias del mundo; que ejecutan una política exterior completamente opuesta a la desplegada por Estados Unidos.
En los últimos meses, Rusia y China ha enviado a Venezuela grandes cargamentos de insumos, entre esos las pruebas para el covid-19.
Además, Cuba con gran potencial en la producción de medicamentos también ha proporcionado al país bolivariano de los fármacos para tratar a los contagiados.
La salud no es una mercancia
En Venezuela, la salud es un derecho y no una mercancía; bajo esta premisa el gobierno venezolano ha centralizado la compra de las pruebas rápidas y específicas de covid-19; esto a fin de garantizar la gratuidad de las mismas.
Inclusive los centros médicos privados son dotados de las pruebas necesarias para hacer el despistaje a sus pacientes y así garantizar la detección de cada contagio.
Mientras, Donald Trump y Juan Guaidó siguen apostado a la intervención militar para derrocar al presidente Nicolas Maduro, la nación avanza de forma integral en su batalla contra la peor pandemia que ha vivido la humanidad en los últimos 100 años.
