La muerte revela la corrupción de Lenín Moreno

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Ecuador atraviesa una compleja crisis sanitaria, socioeconómica y política sin precedentes en su historia. Las noticias reflejan día a día la desatención de la pandemia mundial que ha caracterizado la gestión del presidente Lenín Moreno Garcés y ante el drama que significa la pandemia en sí misma, el mandatario nacional se ha encargado de instaurar el negocio de la muerte.

Centenares de vidas humanas perdidas con la desazón de quedar reducidas a estadísticas-cifras inciertas y desgarradoras, silenciadas por Moreno Garcés. Su tardía reacción se limitó al negocio necrofílico: construcción de cementerios y fosas comunes, elaboración de ataúdes de cartón de manera masiva, y por otro lado su desprecio ante los médicos fallecidos y el equipamiento del sistema de salud del país.

Hoy, Lenín Moreno Garcés vuelve a ser protagonista de escándalos imposibles de esconder como la lluvia de cenizas que arropó a Guayaquil el pasado 9 de junio. Esta vez, el nuevo pulso eruptivo del volcán Sangay quedó minimizado ante la develada y explosiva trama de corrupción de Moreno vinculada a la dotación sanitaria ante el covid-19.

Una trama de corrupción que empezó mientras se gestaba la traición. A continuación, la cronología de la corrupción:

El 2 de abril de 2017, Lenín Moreno gana las elecciones presidenciales en Ecuador pero antes de tomar posesión como presidente, Moreno inicia un pacto secreto con el ex presidente ecuatoriano Abdalá Bucaram, quien se encontraba exiliado en Panamá. Este pacto se hace bajo el desconocimiento de Rafael Correa, quien aún era presidente en funciones.

Nadie tenía claro por qué un Presidente recién electo buscaría pactar con lo peor de la política ecuatoriana, un sujeto que no gozaba de ningún prestigio y que tampoco tenía capital político alguno como para generar alianzas. Un personaje que representa a la derecha corrupta y asesina de uno de los gobiernos de «la larga noche neoliberal»; en fin, era un gran misterio.

El 3 de agosto de 2017, José Serrano, ex ministro del Interior y asambleísta electo por Alianza País, durante su participación en el programa «Desayunos 24 horas» de Teleamazonas, reconoció que viajó a Panamá junto a Eduardo Mangas (ex secretario general de la Presidencia de Lenín Moreno conocido como el «señor de los chantajes», el brazo ejecutor de las acciones oscuras de Lenín Moreno) para reunirse con Bucaram.

Durante la entrevista, Serrano con un lenguaje corporal que reflejaba tensión, aunado a titubeos verbales, respondió a la pregunta sobre los detalles del viaje a Panamá. «Efectivamente, nosotros viajamos a Panamá con Eduardo Mangas; pero lo que sí le puedo decir es que esos son los costos de proteger y defender a este proceso político», acotó.

Serrano, que ya develaba sus ansias de poder, indicó que no daría pormenores del viaje; «lo que sí voy a decir es que definitivamente esos son los costos que cada militante, que cada ciudadano tiene que asumir, entre otras cosas, por la defensa del Vicepresidente de la República», dijo.

“Yo no voy a polemizar sobre el tema del viaje (…) Hemos tenido que tomar acciones durante el proceso de la campaña para que efectivamente ese proceso [se refiere a la Revolución Ciudadana] pueda ser el que triunfe en las elecciones del pasado 2 de abril. Entonces, en esa perspectiva, lo fundamental aquí es que nosotros y yo personalmente he hecho absolutamente todo lo que tenía que hacer para que este proceso triunfe, de manera legal, de manera lícita, de manera transparente, en esas elecciones», agregó.

En esa desvergonzada y cínica declaración, Serrano se contradice al decir que sus acciones son transparentes y lícitas, pero igualmente se niega a informar los pormenores del viaje. Acá ya se devela el pacto con los Bucaram, un viaje que tuvo realmente el objetivo de ofrecer a la familia puestos claves en el Gobierno, el manejo de importantes sectores de la economía como la administración del sector eléctrico (CNEL).

Bucaram, prófugo de la justicia por corrupto, retorna a Ecuador el 15 de junio de 2017 en el avión de Patricio Mendoza (después de 20 años en el exilio llega junto a su hijo y ex candidato presidencial, Abdalá Bucaram Pulley, entre otros familiares). A su llegada «El loco», como es apodado en el país, elogia a Lenín Moreno manifestando que viene a extenderle la mano y arremete contra Correa y el correísmo, acusándolos de corrupción.

«Hoy tenemos un Gobierno que nace cuestionado, pero a su vez es un Gobierno presidido por un hombre que es diferente, y eso es importante. ¡Hay que meter al hombre en función de país! (..) Porque este hombre ha hecho en 20 días lo que no se ha hecho en 20 años», dijo Bucaram refiriéndose a Lenín Moreno.

Dos días mas tarde, el 17 de junio, Bucaram regresa a la vida pública en un acto en Guayaquil.

Su retorno a Ecuador se produjo luego de que la Corte Nacional de Justicia declaró en abril de 2017 prescritos 2 juicios que se seguían en su contra. Los juicios tenían relación con un supuesto sobreprecio en la compra de útiles del fallido proyecto «mochila escolar», así como presuntas irregularidades en el manejo de gastos reservados de la presidencia durante su gobierno.

Es evidente que desde el primer día de mandato, Moreno dio señales directas de un cambio radical con respecto a las políticas públicas y a la relación con el expresidente Rafael Correa.

Lenín Moreno no sólo restableció vínculos con la familia de Abdalá Bucaram, sino que además extendió la mano a los grupos económicos que intentaron asesinar al presidente Correa en 2010, y trajo de nuevo al gobierno a los medios y empresas de comunicación privadas que tanto daño hicieron al país y que incluso lo habían denunciado a él mismo, antes, como corrupto y ladrón.

No obstante, ya Rafael Correa venía desenmascarando las prácticas de Lenín Moreno, tal como se refleja en su red social Twitter el 5 de Julio de 2017:

El 10 de julio de 2017, el expresidente Rafael Correa antes de partir hacia Bélgica denunció públicamente el pacto de Moreno con los Bucaram y la entrega de la administración de las empresas eléctricas y hospitales. Correa se despide de Ecuador y pide cuidar la Revolución.

«Yo estoy feliz, estoy bien, no se preocupen por mí, preocúpense por el país. A defender lo ganado, a defender la Revolución», expresó el ex mandatario.

Indicó que pese a que el 2 de abril derrotaron a la oposición en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales «no estoy muy seguro si venció la Revolución Ciudadana, compañeros», acotó.

Además, hizo un llamado al movimiento Alianza País a denunciar «pactos inaceptables con el bucaramato» o la entrega de empresas públicas. Esto en referencia al diálogo iniciado entre el actual mandatario Lenín Moreno con sectores de la oposición.

«Si Alianza País no habla claro en estas coyunturas, no denuncia pactos inaceptables con el Bucaramato, la entrega de empresas públicas, mejor que deje de existir Alianza País, porque nacimos para luchar contra eso (de) las componendas, la entrega, el reparto de la patria como botín entre piratas», aseveró Correa.

Correa advirtió que de lo contrario será el primero en desafiliarse de Alianza País «porque yo no nací para eso».

Entretanto, el exvicepresidente Jorge Glas Espinel, en rueda de prensa y mediante una dura carta, denuncia el pacto con los Bucaram y otros elementos de la partidocracia. Tiempo después Jorge Glas terminaría preso en la cárcel de Latacunga por acusaciones que hasta el día de hoy no han presentado una sola prueba.

Glas denunció el 2 de agosto de 2017 casi tres meses después de asumir el cargo, la corrupción al interior del Gobierno de Moreno. Mediante un manifiesto público dio a conocer los oscuros pactos clandestinos con la familia Bucaram. Asimismo reiteró públicamente que Moreno reconoció el pacto con los Bucaram y le pidió que espere que ya lo iba a resolver, que le dé tiempo.

“Yo no me puedo quedar callado, no puedo esperar más, aunque el Presidente Lenín Moreno me lo haya pedido cuando expresé mi rechazo a los nombramientos de gente de los Bucaram en puestos clave del Gobierno. Lo reconoció y me pidió que espere, que ya lo iba a resolver, que le dé tiempo. Ya no hay tiempo. La Patria no puede perder tiempo», manifestó Glas.

Luego vino el complot para quitarle la vicepresidencia y meterlo preso dos meses después de su manifiesto público.

 

Era más que evidente el pacto. El manejo de las eléctricas y hospitales estaba a cargo de directores funcionales a los Bucaram, la corrupción y los abusos eran un secreto a voces. Abdalá Bucaram y su hijo Dalo Bucaram Pulley, pagaban la cuota atacando, acusando e insultando a Correa y defendiendo a Moreno, al gobierno, y en especial a María Paula Romo, ministra del Interior y operadora política del régimen.

En 2020, con la llegada de la pandemia del nuevo coronavirus covid-19 aflora un nuevo escándalo de corrupción «porque los muertos hablaron», uno de los primeros elementos fue la adquisición con sobreprecio de las bolsas para traslado de cadáveres, luego vendrían las mascarillas y las pruebas rápidas.

Las bolsas para cadáveres que adquirió el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) a $148,50 por unidad son ofertadas por proveedores de la Cruz Roja en $12.

El monto del contrato, adjudicado a la empresa Silverti S.A., cuya gerente es Sandra Ortega Romo, fue de $872.000 dólares por la compra de 4.000 bolsas y otros insumos.

Aunque en un comunicado, el IESS aseguró que el proceso se hizo con transparencia y basado en el estudio de mercado, donde participaron 4 empresas con sus respectivas ofertas. Misteriosamente el proceso de adquisición de las bolsas, cifrado con el código HGNGC-RE-2020-001-00010, desapareció del portal del Servicio Nacional de Contratación Pública (SERCOP).

A raíz de este delito en el área de la salud de Ecuador y después de algunas detenciones de gerentes y directivos de los hospitales, sale a relucir el nombre de Daniel Salcedo Bonilla, pieza clave en las investigaciones de sobreprecios en la compra de insumos médicos en hospitales del IESS, a quien la policía buscaba para investigaciones.

Además, Daniel Salcedo firmó un contrato de publicidad con la Contraloría General del Estado por 1 millón 150 mil dólares, el 26 de diciembre de 2017, el documento fue aprobado por Darwin Patricio Moreno Garcés, hermano del presidente de la República, como Coordinador Nacional Administrativo y de Servicios de la Contraloría.

El contrato RE-CGE-018-2017 por “Servicios y productos comunicacionales para la difusión y análisis de la gestión de la Contraloría General del Estado”, fue adjudicado a la empresa H.D.C. Producciones C.A., de la cual su gerente y accionista mayoritario es Daniel Salcedo, aun cuando no poseía el título requerido, de acuerdo a la verificación realizada en el portal de la SENESCYT.

Por si fuera poco, días atrás el 3 de junio fue detenido Abdalá Bucaram en el marco de una investigación por corrupción que involucra adicionalmente a otros miembros de su familia relacionados con la compra irregular de insumos médicos para un hospital en Guayaquil, según informó la Fiscalía.

Detención de Abdalá Bucaram y allanamiento de su vivienda en el marco de una investigación por corrupción

Durante el allanamiento de su residencia, Bucaram tenía en su poder un arma de fuego sin permiso de porte y además se consiguió muchas cajas con pruebas para covid-19 y otros insumos médicos.

En breve tiempo, Bucaram fue liberado y llevado a arresto domiciliario.

Por otra parte, el 8 de junio sale la noticia de una avioneta de matrícula ecuatoriana, estrellada en Tumbes, Perú. En el siniestro fallece el piloto, y queda gravemente herido Daniel Salcedo, el mismo que estaba involucrado en la investigación de las bolsas para cadáveres. Este lamentable accidente revela que todo estaba conectado con la familia Bucaram. El piloto fallecido había trasladado a Abdalá Bucaram y sus hijos a varios destinos, mientras que la avioneta siniestrada pertenece a Alfredo Adum, amigo íntimo de Abdalá Bucaram Ortiz.

Además, el departamento en Miami donde vive Dalo Bucaram Pulley, hijo de Abdalá y candidato a la Presidencia de la República (con muy malas cifras), está registrado a nombre de Daniel Salcedo.

La gestión de Lenín Moreno Garcés, no sólo ha estado cundida de mala praxis. Este cúmulo de corrupción explica claramente la causa de que hermanos y hermanas del Ecuador estén cayendo en las calles por el coronavirus sin ningún tipo de atención. El saqueo permanente a los fondos de salud han sido la nefasta y sanguinaria estrategia de una familia y un desgobierno que no tiene escrúpulos ni respeta la vida.

Los recursos saqueados vilmente por la corrupción en los hospitales hubieran servido para salvar vidas durante la crisis sanitaria, pero esta asquerosa trama de corrupción se nutre de la muerte. Se trata de un descalabro sistemático del sistema de salud del pueblo ecuatoriano.

Lenín Moreno Garcés es culpable no sólo de corrupción, sino de crímenes de lesa humanidad. Cada muerte y cada dolor en Ecuador lleva la marca de «la rata» como ha sido calificado por el pueblo. La pandemia y las ansias insaciables de dinero han provocado que no haya disimulo en la euforia que le provocan las cifras fatales que día a día viven Guayas y Guayaquil. Es hora de detener a estos criminales. Es hora de detener esta tragedia. Ecuador merece otro amanecer.

 

 


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