Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, no había aparecido en los medios oficiales desde el 11 de abril, lo que trajo como consecuencia una cadena de especulaciones en torno a su salud, al punto que se habló de presunta muerte. Grandes empresas de comunicación internacional daban por cierta estas presunciones amparadas en el anonimato de supuestos desertores norcoreanos.
Según reseñó la Agencia Telegráfica Central de Corea del Norte (KCNA, por su sigla en inglés), medio oficial de Corea del norte, el presidente Kim Jong-un asistió al fin de la construcción de una planta de fertilizantes al norte de la capital.
Según detalló la radio la actividad se dio en Sunchon, en la provincia de Pyongan del Sur, el acto se daría el primero de mayo, día internacional de los trabajadores y trabajadoras, y Kim Jong-un estuvo acompañado de su hermana Kim Yo-jong y políticos como Pak Pong-ju, Jo Yong-won, Pak Thae-song y Kim Dok-hun, algunos de ellos señalados como posibles “sucesores”.
«Todos los participantes rompieron en estruendosos vítores de «¡hurra!», extendiendo la mayor gloria al líder supremo, que ha traído un nuevo cambio al desarrollo de la industria de fertilizantes basada en [la ideología del] el juche y ha llevado a la victoria el gran avance revolucionario para el fortalecimiento de la economía autosuficiente gracias a su sobresaliente liderazgo», reportó KCNA.
Trump lo sabía
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya había dicho que sabía que el líder norcoreano estaba “bien” pero que prefería no comentar nada “todavía” y que tendría “algo que decir en el momento oportuno”. También señaló que Kim Jong-un era su amigo.
Las agencias noticiosas de Corea del Sur, así como los órganos de información del Gobierno, aseguraron que el líder comunista no estaba muerto, que seguía en plenas facultades, por lo cual se hizo un llamado a no especular al respecto. Sin embargo, medios de información como CNN publicaron como cierta la versión de la muerte de Kim Jong-un.