Desde 2015, cuando el gobierno estadounidense de Barack Obama decidió firmar la Orden Ejecutiva que define a Venezuela como “amenaza inusual y extraordinaria” a la seguridad de Estados Unidos; se han ejecutado una serie de “sanciones” contra el país, que arremeten contra la economía nacional y por supuesto contra la cotidianidad del pueblo venezolano.
La Revolución Bolivariana destina poco más del 70% del presupuesto anual del Estado al desarrollo de programas sociales en áreas vitales como salud, alimentación y educación. Las llamadas “sanciones” (medidas coercitivas ilegales) implican, entre otras, la confiscación de recursos al país, a través del bloqueo de cuentas bancarias en el exterior, lo cual imposibilita al Estado adquirir cualquier bien o producto en el ámbito internacional; así como se castiga a toda empresa que decida transar con el Estado o persona jurídica afín. Desde ese entonces, los ingresos de Venezuela han caído en 90%.
Casos emblemáticos de confiscación de recursos a Venezuela:
- Citgo: 7 mil millones de dólares en activos de la empresa filial de PDVSA.
- Banco de Inglaterra mil 323 millones de dólares.
- Clearstream-Londres: 517 millones de dólares.
- Sumitomo, Citibank y Unión Bank: mil 195 millones de dólares.
- Bélgica, Euroclear: 140 millones de dólares.
- Banque Euni: 53 millones de dólares.
- 654 millones de dólares adicionales están repartidos en 41 bancos e instituciones financieras de 17 países.
“Nos han robado el equivalente a seis años del presupuesto general del Estado venezolano”, se expresa en el documento entregado a la Corte Penal Internacional, llamado “Las sanciones son un crimen”. En ese texto el Estado venezolano denuncia las consecuencias del bloqueo contra la nación venezolana y directamente contra su población.
Esta semana se supo que, previa aprobación de opositores en desacato de la institucionalidad vigente, como Juan Guaidó, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos decidió unilateralmente sobre el destino de fondos venezolanos depositados en una cuenta de Citibank. De modo que más de 340 millones de dólares fueron transferidos desde la referida entidad bancaria hasta la Reserva Federal estadounidense.
En este sentido, llama la atención que opositores venezolanos como Guaidó o Julio Borges aplaudan el «ofrecimiento» de «ayuda humanitaria» a Venezuela por 400 millones de dólares o los 2.4 millones de dolares recaudados bajo el mismo concepto en el concierto de cúcuta denominado «Venezuela Aid Live», cuando en las arcas internacionales existen recursos pertenecientes a los venezolanos y venezolanas por más de 12 mil millones de dólares, cuyo secuestro ha sido y sigue siendo promovida por estos personajes de la política.
