El caso de Alex Saab, no puede estudiarse sin el contexto en el que surge: la guerra contra Venezuela; a partir de su declaratoria como amenaza inusual y extraordinaria a los intereses de EE.UU. por parte del gobierno de Barack Obama en 2015.
En el marco de dicho decreto, se han desplegado de manera sistemática sanciones contra la economía del país buscando generar un clima de desespero en la población.
Estas sanciones buscan generar un caldo de cultivo a la conspiración permanente de las élites del poder mundial y sus ejecutores internos. De esta manera, buscan acabar con el gobierno de Nicolás Maduro y apropiarse de los recursos energéticos de Venezuela.
Parte importante de las sanciones criminales, está orientada a restringir el consumo de alimentos de la población.
Por esta vía, buscan provocar niveles de desnutrición en un país reconocido por sus políticas de alimentación; tanto que la FAO acordó nombrar “Hugo Chávez” a su Plan para Erradicar el Hambre y la Pobreza.
Como consecuencia se generó en el país una situación de escasez inducida a través del bloqueo a la entrada de productos y las sanciones a empresas que decidieran negociar con el gobierno nacional.
Para abordar esta situación, en el año 2016 nacen los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP); una estrategia sustentada en los niveles de organización comunal alcanzados en el país, para llevar alimento a gran parte de la población.
Estos comités, han sido blanco de ataques permanentes directos e indirectos. Ataques que van desde la propaganda orientada a desprestigiar a esta organización, hasta la persecución permanente para prohibir la entrada de alimentos a Venezuela.
Ataque directo a la alimentación
- Noviembre de 2017: 23 operaciones financieras de Venezuela, destinadas a la compra de alimentos, insumos básicos y medicamentos por 39 millones de dólares; son devueltas por bancos internacionales.
- Diciembre de 2017: se devolvieron operaciones desde bancos en Europa por 29,7 millones de dólares hacia diferentes proveedores, cuyo destino era el pago de alimentos a través del programa social de Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
- Mayo de 2018: el Gobierno colombiano bloquea el envío a Venezuela de 400.000 kilos de alimentos del programa CLAP.
Alex Saab: una pieza clave en este conflicto
El empresario Alex Saab fue blanco de ataques, desde que se contrató por parte del gobierno venezolano para la adquisición de productos alimenticios en otros países.
Saab fue nombrado especial por el gobierno venezolano para negociaciones directas con Irán y Rusia; con el objetivo de conseguir créditos para financiar la compra de alimentos y medicinas para Venezuela.
Además, está acreditado como enviado especial y embajador alterno de Caracas ante la Unión Africana.
Todo el aparato mediático y de “actores políticos” de la derecha financiados por EE.UU., fueron enfilados hacia su figura. Para esta maniobra, alegaron supuestos hechos de corrupción en torno al programa; para relacionarlo de manera directa con el presidente Nicolás Maduro.
En junio de 2020, el departamento del Tesoro de EE.UU., sancionó a 8 empresas y 3 personas por negociar con el programa “alimentos por petróleo” con Venezuela. El delito de es “evadir las sanciones” impuestas contra el país.
El 12 de junio, un año después de ser incluido en la lista de funcionarios sancionados; es detenido en Cabo Verde violando acuerdos internacionales, y se encuentra bajo solicitud de extradición por parte del gobierno de EE.UU. Esta amenaza aún está vigente y en pleno proceso diplomático y de defensa por parte de Venezuela.
La cárcel como amenaza directa
El caso de Alex Saab, se constituye en una amenaza directa por parte del gobierno de EE.UU. a cualquier actor que pueda acceder a negociar con Venezuela cualquier tipo de transacción.
En este caso, se trataba de alimentos y medicinas, que el gobierno venezolano logra traer al país a través de distintos mecanismos para burlar el bloqueo criminal que ha golpeado al pueblo venezolano de manera contundente y directa.
Además de un hecho de humanidad, este caso se constituye en un conflicto entre el imperialismo norteamericano y el pueblo de Venezuela, como parte de un espiral constante dentro de la estrategia por apropiarse de los recursos energéticos de Venezuela y resquebrajar al Estado venezolano.
Como diría José Martí: “Es la hora del recuento y de la marcha unida y hemos de andar, en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”.