Brasil, además de ser uno de los países más afectados por la pandemia, ahora es uno de los que tiene su propia variante de la enfermedad.
Esta semana las autoridades sanitarias del país confirmaron el hallazgo de una nueva cepa de la covid-19 en el estado de Amazonas, de la cual se sabe al menos hasta ahora que no es potencialmente más mortal que lo visto hasta ahora.
Lo que sí sería una novedad de esta “cepa brasileña” es que es mucho más contagiosa, una cualidad que la asemeja a la “cepa británica” que se descubrió antes.
La característica que hace distinta de esta variante es que “se han localiza en los genes que codifican la espícula viral, es decir, la estructura que se encuentra en la superficie del SARS-CoV-2, y que permite al virus invadir de células de nuestro organismo”.
El nombre que han dado los científicos a esta nueva cepa es bastante breve, pero no por ello menos alarmante: P.1.
Si bien ha pasado poco tiempo desde su hallazgo, un panel de instituciones científicos tanto en Brasil y el mundo avalan que la variante de la enfermedad es altamente contagiosa.
No solo lo dice Brasil a través de la Universidad de Sao Paulo, sino también la Universidad de Oxford, un dato que puede resultar útil para aquellos que solo se persuaden de la veracidad de las cosas cuando lo firma una entidad “prestigiosa” de Europa.
Diagnóstico reservado en Manaos
En medio de este hallazgo, la ciudad de Manaos, la capital del estado de Amazonas brasileño, está tomada por el coronavirus.
Actualmente el diagnóstico de la ciudad es grave. Según un dato revelado por el diario español El País, en los primeros 14 días del mes de enero murieron por la pandemia en Manaos más de los que fallecieron entre abril y diciembre del año pasado.
De acuerdo a los datos de la crisis sanitaria, han muerto ya poco más de 6 mil personas, y en la jornada más reciente, fallecieron 113.
La crisis hospitalaria generada por la pandemia dejó sin camas a la ciudad y sin oxígeno para los pacientes. Venezuela ofreció su apoyo y envía a la capital amazonense cilindros de oxígeno para paliar la situación.
Mientras tanto Bolsonaro habría ordenado a las fuerzas militares el traslado de los pacientes de Manaos a otras ciudades para ser atendidos.
Por su parte, partidos políticos y movimientos sociales convocaron a un cacerolazo para protestar por la inacción criminal del gobierno “del mesías que no hace milagros”.
