En vísperas de un año nuevo, es una costumbre muy común ver hacia atrás para repasar la historia con sus escenas de gloria, drama o pretensiones patéticas que acabaron talladas en relieves de ignominia.
El 2020 terminó siendo como un inmenso depósito al que apenas le quedaron espacios vacíos para caminar en esta galería repleta de mascarillas, miedo, cuarentena y la lucha tenaz por una vacuna contra el coronavirus.
Pero si en ese cuarto se camina por la exposición de piezas de Venezuela, podremos ver que hay escombros y papelillos de la saga ridícula de fracasos épicos de un autoproclamado.
Si se hace un recuento de al menos 7 eventos durante el año y en secuencia cronológica para esquivar el compromiso subjetivo de poner más peso en uno sobre otro, habría que mencionar que el 2020 comenzó para Venezuela en clave de una peligrosa comedia.
Golpe al gobierno paralelo
El 5 de enero la oposición le sacó el cuerpo a Guaidó en la Asamblea Nacional; y el diputado autoproclamado, para hacer más patética la obra absurda de su paso en la historia, intentó convertir en escena patria el bochorno de saltar una reja.
La mayoría dentro de la oposición dividida en la todavía Asamblea Nacional le dio un golpe al gobierno paralelo, colocando no solo en la directiva a un nuevo presidente sino también a una nueva clase política.
Covid-19 en Venezuela
En marzo llego la pandemia al país y de inmediato el gobierno ordenó la cuarentena. La medida parecía apresurada pero aquel exceso de precaución ha evitado que la pandemia no sea el drama de miles de muertos que es en otros países.
El balance del coronavirus en Venezuela es apenas una fracción del panorama global con uno de los índices de mortalidad más bajos del mundo.
Esta situación ha permitido que el país disfrute de una flexibilización prolongada de actividades en diciembre mientras el resto del planeta cuenta centenas de muertos por día durante una letal segunda ola.
Operación Gedeón
El 3 de mayo la inteligencia venezolana y la unión cívico militar desmanteló la operación mercenaria Gedeón. Esta maniobra pretendía penetrar al país por la costa central para atacar bases militares, generar disturbios y asesinar al Presidente.
Al mismo tiempo que iban cayendo los implicados, entre los que había militares estadounidenses devenidos en mercenarios, se revelaron los detalles de esta misión ordenada por políticos de la oposición venezolana.
El jefe de la contratista norteamericana de “seguridad” confesó que la operación fue un encargo comercial; y por mala fortuna de esa manía estadounidense de formalizar en papel sus peores crímenes, mostró que la operación fue contratada por “el presidente interino”.
Ruptura del bloqueo
Durante 2020 el país experimenta una aguda crisis en el suministro de combustibles. Las colas en las estaciones de servicio son la obra más elocuente de los efectos sobre la población de las sanciones promovidas por Guaidó.
Para la oposición radical, el sufrimiento general es el sacrificio por “la libertad”. Una especie de romanticismo criminal que los verdugos del pentágono llaman “daños colaterales”.
Pero en dirección contraria a esta determinación criminal, Venezuela e Irán se combinaron en una operación solidariamente letal contra Washington. Teherán colocó en nuestro país varios barcos con combustibles en una operación logística que hizo un recorrido increíble, comercialmente caro, pero políticamente potente.
La gasolina iraní alivió por unas semanas el drama, y reveló que si bien el bloqueo de EE.UU. es cruel, al menos no es invencible.
Trump se va, Maduro se queda
Trump perdió las elecciones para repetir en La Casa Blanca, abonando con muchos méritos aquella conseja que dice que el que se mete con Venezuela se seca.
Si esto todavía no llega a ser una verdad “científica”, al menos es una afortunada coincidencia; y un episodio más que alimenta el drama fatal de una maldición política para quienes se toman una foto con Lilian Tintori.
La derrota de Trump ha sido todo un episodio aderezado con la increíble denuncia de fraude “en la meca de la democracia”; una crisis inédita que al mismo tiempo reveló que EE.UU. si bien invierte para la mayor efectividad de sus armas, no hace igual para contar rápido lo que votan sus ciudadanos.
Chavismo recupera el parlamento
En la recta final del 2020, el movimiento bolivariano recuperó la mayoría de la Asamblea Nacional. El objetivo es el resultado de una paciencia descomunal de 5 años ante una institución que fue usada contra el país con la sensación de una especial impunidad.
El chavismo arrasó en unos comicios boicoteados por la oposición radical, y torpedeados después con la narrativa de una dudosa legitimidad con la tesis de abstención; sirviendo el argumento extrañamente “democrático” en la que los que no participan deciden por los que sí votan.
Termina la Asamblea Nacional Constituyente
Este año cierra su ciclo la ANC. Si bien lo hace sin redactar una nueva constitución, ella misma celebra que cumplió la misión de consolidar la paz.
Su elección terminó con más de 100 días de violencia y casi la misma cantidad de muertos provocados por el drama de la guarimba.
Su convocatoria fue un movimiento osado, uno que si bien generó muchas expectativas respecto a su poder plenipotenciario, cierra un ciclo con la obra invisible y cotidiana de la paz, una cosa que nadie sabe lo que vale hasta que se pierde.
