“¿20 dólares vale la vida de un negro?”

“Nadie merece morir por 20 dólares”, fueron las primeras expresiones de Philonise Floyd, hermano de George Floyd, quien ha testificado este miércoles ante la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes de EE.UU., un día después del funeral de su hermano.

“¿20 dólares vale la vida de un negro?” repetía Floyd ante la atención de los congresistas. Este cruel asesinato ha desatado la ola de protestas más grandes e importantes de la última década en la nación norteamericana, justamente cuando son el epicentro mundial de la peor pandemia en más de un siglo de historia. Estas manifestaciones también han dejado una lista interminable de violaciones de derechos humanos y agresiones desmedidas por parte de las autoridades, que demuestran el sistema represor, supremacista y racista que reina en el imperio.

Cuando la humanidad está estremecida por el coronavirus, Estados Unidos, que suma más de 2 millones de casos positivos y 120 mil fallecidos, vive una primavera con una sociedad asqueada de un sistema que no garantiza los derechos fundamentales, que ha quedado desnuda con un sistema sanitario privado que ha colapsado por el covid-19 y 320 millones de habitantes que mientras ven ondear la bandera de las barras y las estrellas para jactarse de ser los más poderosos en el ámbito bélico, promoviendo un esquema invasor y siendo una especie de policía global, con el gasto militar más grande del orbe, han sido incapaces de garantizar la salud de sus connacionales.

Floyd es solo un nombre más en la innumerable lista de víctimas del racismo en el tierra del “Tío Sam”, pero generó la chispa que encendió el alma de lucha por un sistema y una sociedad más humana y equitativa.

Ese supuesto billete falso de 20 dólares por lo que injustamente le arrebataron la vida, le está costando muy caro a la administración de Donald Trump, que aunque sigue haciendo viles filigranas para sortear los embates del covid-19 y soñar en una reelección, debe detener la furia de millones de ciudadanos que parecen estar decididos de permanecer en las calles hasta que no solo haya justicia para Floyd sino para las familias estadounidenses.