El expresidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, impulsor del juicio político contra la expresidenta Dilma Rousseff, recibe condena a prisión. Este miércoles 9-S, el juez Luiz Antonio Bonat, aceptó la denuncia presentada por la Fiscalía y consideró a Cunha culpable de corrupción pasiva y lavado de dinero.
Estos delitos se cometieron durante la llamada operación Lava Jato.
Específicamente, se le imputa por haber solicitado y recibido sobornos en contratos para la construcción de navíos sonda de la petrolera estatal Petrobras. Se estima que el funcionario recibió al menos 5 millones de dólares en prebendas.
En primera instancia, el juez le impuso una condena de 15 años y 11 meses de prisión. Además, ordenó el decomiso de cuatro automóviles, entre ellos un Porsche Cayenne, adquiridos, presuntamente, con recursos de origen ilícito. El juez determinó que el valor de estos bienes se revertirá en favor de la “víctima”, en este caso Petrobras.
“En el caso de Eduardo Cosentino da Cunha hubo adherencia, voluntaria y consciente, al recibimiento de ventaja indebida, a posteriori, cuando los contratos ya habían sido cumplidos con la entrega de los navíos sonda”, destacó Bonat en su decisión.
Segunda condena que pesa sobre Cunha
Esta es la segunda condena producto de las investigaciones del caso Lava Jato contra Cunha.
Actualmente, el funcionario cumple con una pena confirmada en segunda instancia de 14 años y 6 meses en arresto domiciliario. A la fecha, se estima que más de 10 millones de dólares se desviaron de las arcas públicas.
Cunha fue uno de los impulsores del juicio político que destituyó a la entonces presidenta Dilma Rousseff en 2016, ya que, en calidad de presidente de la Cámara de Diputados, aceptó dar inicio al proceso contra la mandataria.