«Chávez, amigo, el pueblo está contigo», «Chávez no renunció, lo tienen secuestrado»: gritaba el pueblo venezolano aquel 13 de abril de 2002, el mismo pueblo que despertó su conciencia política tras la llegada del presidente Hugo Chávez al poder.
Miles de personas bajaron voluntariamente desde los barrios populares para llenar las calles y colmar las cercanías del Palacio de Miraflores. Exigían respeto a su voto, a la Constitución y el regreso de Chávez. Es así como la Guardia de Honor se une al pueblo e inicia el plan de rescate del Palacio, que había sido tomado por los golpistas, quienes luego salieron despavoridos. Mientras esto ocurría, los medios practicaban silencio absoluto y acusaban al gobierno, con elementos viciados y falaces, de ser el responsable de los muertos del día 11.
Recuperadas las instalaciones del Palacio, el entonces vicepresidente constitucional, Diosdado Cabello, fue juramentado como presidente provisional de Venezuela, según lo establecido en el artículo 234 de la Carta Magna.
La acción de lealtad llamada «Operación Rescate de la Dignidad Nacional», exhortaba a los militares rebeldes a deponer su actitud. Es así como la Brigada de Infantería Paracaidista del Ejército venezolano con asiento en Maracay fue epicentro del movimiento que logró el rescate Chávez en La Orchila, isla ubicada en el Caribe venezolano, y su posterior traslado hasta el Palacio Presidencial.
El pueblo de Venezuela, antes dormido y manipulado por las oligarquías en consonancia con los intereses transnacionales, dio una lección de sabiduría y conciencia política y, con más fuerza, luego de los altercados de los días previos que causaron muerte, desgracias e injusticias provocadas por la oposición venezolana, decidió exigir el regreso de su líder.
«¡Volvió, volvió, volvió, Chávez volvió!», gritaba una multitud agolpada frente al Palacio, que recibió al comandante Chávez que había sido secuestrado.
La derrota del golpe orquestado desde la Embajada y el Departamento de Estado de Estados Unidos fue producto de las jornadas heroicas y la acción contundente y masiva del pueblo trabajador y pobre que mostró su talante.
El mismo pueblo, junto a una nueva generación, hoy en día (abril 2020) sigue derrotando intentos y pretensiones de la misma burguesía supeditada a los intereses imperiales para hacerse del poder en Venezuela y apoderarse de sus recursos, como en otrora.