A pesar de las sanciones impuestas contra Rusia por parte de los EE.UU., unos 35 millones de litros de diésel importados de ese país llegaron a Brasil, como parte de una alianza suscrita entre ambas naciones.
Así lo anunció el ministro de Minas y Energía de Brasil, Adolfo Sachsida, quien a su vez anunció que se prevé la llegada de nuevos cargamentos en octubre.
«Cerca de 35 millones de litros de diésel importados de Rusia llegaron al puerto de Santos. Otras operaciones de importación de diésel ruso están en curso. Se esperan nuevos cargamentos para octubre, aumentando la competencia y empujando a la baja los precios del combustible», ratificó el ministro en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Carlos França, confirmó que el Gobierno brasileño buscará importar el máximo posible de diésel de Rusia.
Brasil es uno de los mayores productores de petróleo del mundo, pero no consigue refinar lo suficiente para satisfacer la demanda interna, lo que hace que los precios del diésel y la gasolina se hayan disparado en los últimos meses.
Sumado a esto, al final del verano brasileño, el precio minorista del combustible para automóviles en Brasil alcanzó un máximo histórico, lo que impactó en la inflamación del país suramericano.
El tanquero con combustible llegó al puerto de Sao Paulo, luego que en julio pasado el presidente de Rusia, Vladímir Putin y su homólogo brasileño Jair Bolsonaro acordarán la llegada de diésel ruso.
Esto impulsó la inflación en el país. Brasil importa alrededor de un tercio de la cantidad de gasóleo que necesita su mercado.
Ante este escenario, Brasil no solo depende de los fertilizantes rusos, sino que también busca en otros países.
«Estamos negociando ahora, está muy avanzado con Rusia, entre otros países, el suministro de diésel a Brasil”, dijo en julio el presidente brasileño.
Con la llegada de diésel a Brasil, Rusia rompe uno de los principales mercados del sector que era abastecido por los estadounidenses.
Brasil es un aliado ideológico de EE.UU., pero no practica esta política cuando hay una necesidad económica.
Tal como lo hace en estos momentos, que se ha mantenido una postura neutral ante las sanciones de la Unión Europea (UE) y EE.UU.; y ahora tras las elecciones presidenciales del 2 de octubre, es más probable que no se sume a estas medidas.