Algunas horas después de la denuncia de maltrato físico y psicológico que efectuó su esposa, Blanca Vizquel, el ex Grande Liga, venezolano, Omar Vizquel, se pronunció a través de su cuenta de Instagram.
El reconocido pelotero, ídolo de varias generaciones, apareció en un vídeo visiblemente afectado, solicitando respeto a su privacidad. Confirmó que está en un proceso de separación con su actual esposa tras una relación de 6 años. Sin embargo, no quiso dar detalles acerca de las supuestas acciones de maltrato hacia su cónyuge, según explicó, para no alimentar una discusión por redes sociales.
Difícil y complicado
«Nos encontramos en un proceso de divorcio, es un proceso difícil y complicado para ambos, por lo cual aspiro a que este trámite transcurra de la mejor manera posible para nuestras familias. Por lo tanto, no seré partícipe de una discusión en las redes sociales que no contribuya a una solución positiva. Ni hace honor a los buenos recuerdos de nuestros tiempos juntos. Así que les pido paciencia, respeto a la privacidad y todo saldrá bien», expresó el atleta venezolano en sus redes.
Por su parte la compañera sentimental de Vizquel fue tendencia ayer por unas declaraciones donde acusaba al pelotero de violencia doméstica. La dama aseguraba, también en un vídeo divulgado en redes sociales, que el famoso atleta le daba trato de «llavero», prácticamente obligándola a acompañarle a todas partes, para exhibirla como «un trofeo».
Manos de seda
La sorpresiva denuncia rápidamente se viralizó. Especialmente porque en más de 20 años de brillante carrera deportiva, Vizquel se destacó tanto en Venezuela como en los Estados Unidos por una conducta intachable. Jamás estuvo involucrado en ningún tipo de escándalos. Su impresionante desempeño deportivo le ha convertido en un firme candidato a ingresar en el Salón de la Fama de la Gran Carpa.
El campocorto venezolano es considerado uno de los mejores de todos los tiempos en esa difícil posición. Siempre destacó por una excelsa capacidad defensiva, que le valió el apodo de «manos de seda», así como por una capacidad ofensiva que fue in crescendo, a lo largo de su fantástico recorrido profesional.
